Escribe: Enrique González, Actuario de Seguros
Las lenguas de doble filo, anuncian ya en 2012 un deterioro general de la recaudación de primas del sector de seguros en España de algo más del 6% y una buena parte de esa caída se atribuye a la disminución de las primas del negocio Vida que parece se ha situado por encima del 10% respecto a las cifras del año 2011.
El Avance de ICEA a fin de Noviembre, con datos de 78 entidades que representan el 95% del volumen total de recaudación Vida del sector; ya apuntaba un 8,13% de pérdida en la recaudación, con una distribución del – 3,38% en la recaudación de riesgo vida y un -8,83% en productos vida ahorro.
Contrasta esta situación, con las noticias aparecidas en la prensa económica, referidas al aumento de la inversión en productos en el sector bancario que a fin de Noviembre ascendió a 16.773 millones de euros, y que se considera el más importante repunte desde Junio de 2.010; ello sin obviar que la caída de depósitos bancarios ha sido solo del 7,1% a fin de Noviembre comparándolo con la situación de Noviembre 2011.
En el informe Económico estadístico que ICEA publicó en Diciembre, referido a datos a fin de Septiembre; exponían para el sector una tasa de rentabilidad que bordeaba el 12%, y un resultado de la cuenta técnica del 10,7%, con unos gastos que no llegaban al 15%, un ratio combinado del 98,4% y una tasa de Margen de Solvencia del 272,6%. Todo ello es algo que sin lugar a dudas está muy bien en estos tiempos, pero creo que es una situación engañosa, pues son muchas las cifras que se presentan en el mismo informe, que chocan con lo que debería ser una buena evolución del negocio a futuro.
Si nos fijamos en el Negocio de Vida, que aparentemente es el causante de la caída del volumen de negocio del sector, recordemos ese 10% de recaudación menos que se le atribuye, los datos reflejados en el referido Informe de ICEA, son bastante menos brillantes; un resultado de cuenta técnica del 1,44% y una variación de Provisiones que solo ha supuesto un aumento del 0,95%; para estas dos evoluciones en negocio vida, quizá poco brillante sea un calificativo demasiado optimista.
La variación mínima de las provisiones, es aun más relevante, si tenemos en cuenta que la variación de las Provisiones de Prestaciones en vida solo refleja un aumento 0,09%, salvo que se haya producido un aumento en la velocidad del pago de siniestros, por esta vía no podemos buscar ninguna excusa a tan escaso crecimiento de las provisiones. Cuando además vemos que las primas han alcanzado el 12,95 % de las provisiones y que a su vez, las prestaciones pagadas han alcanzado el 13,25% de las provisiones; la conclusión es muy simple, se ha pagado más de lo recaudado en el año.
Esta es una respuesta simplista, pero continuando con esa sencilla cuenta, si consideramos que con la rentabilidad técnico financiera de las provisiones, aun calculándose con el interés del 3.37%, que es el máximo fijado por el ROSP para 2012, deberían crecer en ese tipo de interés. Añadiéndose además las primas recaudadas durante el ejercicio 2012, de las que una buena parte se integra en la acumulación de las Provisiones. Si consideramos finalmente como restando, el importe de las prestaciones Vida pagadas; es obvio que todo ello no ha permitido aumentar las provisiones en nada más que un escasísimo 0,95% a Noviembre, no puede esperarse que a fin de Diciembre las diferencias puedan ser muy diferentes.
A la vista de ello, es evidente la caída del 8,85% de la recaudación de primas de ahorro, como no puede ser de otra manera, ha supuesto una fuerte caída de las provisiones, por la vía de los rescates, que con seguridad, ha puesto en negativo también los ratios porcentuales de variación del Cash Flow de las entidades, dato que no suele publicarse.
Puede considerarse como normal que la situación de crisis, determine la caída de las cifras del sector en ahorro, que contrasta con el aumento la inversión en productos bancarios antes referida; por otra parte quizá, podría achacarse en parte esta caída a los efectos de la prohibición establecida en el RDL 20/2011; por el que se prohibió a todas las Administraciones y Entidades públicas la realización durante 2012 de aportaciones a Planes de Pensiones de empleo y a contratos de Seguros Colectivos que incluyeran la cobertura de Jubilación. Si bien no conozco ni el impacto que ello ha podido suponer para la caída de la recaudación de primas de ahorro, ni el grado de cumplimiento del RDL entre esas administraciones públicas; supongo ha tenido una obediencia con tendencia a decrecer a medida que se desciende en el ámbito territorial de cada administración y entidad pública.
En lo que concierne a la caída del 3,38% de la caída de la recaudación de riesgo, aun cuando no tengo ningún dato, con seguridad una parte muy importante de esa caída es consecuencia de las anulaciones de las pólizas de seguro colectivo, consecuencia del cierre de empresas y los reducciones de personal en las que siguen con su actividad, así como en las suscripciones consecuencia de la venta de viviendas, que lógicamente siguen la línea de caída del sector inmobiliario.
Si tengo claro que a futuro, será difícil recuperar ese decrecimiento, no tanto el del 3,38% de riesgo como el del 8,85% del ahorro, decrecimiento que ya ha venido produciéndose en cantidades similares en los últimos cuatro años; pero que en mi opinión, solo ha llevado a una tímida reacción en riesgo, con lanzamientos muy cortitos de miras en Seguro de Dependencia y una reacción prácticamente nula en ahorro de las entidades aseguradoras vida para tratar de cambiar la tendencia de descenso, en una actitud que podría calificarse de cuasi reconocimiento de la incapacidad para liderar el ahorro a largo plazo; y ello pese a los instrumentos como los PPA y PIAS, que crearon para el sector después de años de pelea; pero que no se ha conseguido hacer competitivos, por el escaso atractivo de la rentabilidad que ofrecen, y lastrados por el exceso de gastos que incorporan.
Creo que para ganar la partida en el ahorro a largo plazo en Vida, debería de revisarse por el sector de seguros la política de tipos de interés, de márgenes y la de gastos que soportan estos productos, aproximándolos a los que se plantean en los productos bancarios, pues de otro modo, nunca serán competitivos. También debería revisarse la creación de productos referenciados, con garantías de tipos de interés a plazos no superiores a 5 años, que permitan en todo caso la salida sin tener que soportar perdidas para el cliente; así como el lanzamiento de productos “Unit Linked” sobre valores del Ibex, aprovechando ahora que la bolsa esta baja, de forma que permitan a la clientela el seguimiento de la evolución, sin más que consultar los valores en Bolsa el mercado continuo, sin esperar a que la bolsa suba y solo nos permita aprovechar las ventajas de fiscalidad que implícitamente genera este tipo de producto.
En Vida riesgo, es más difícil, incorporar novedades en este segmento de forma que resulten atractivas. Hay entidades que han tratado de crecer en 2012 en el riesgo de dependencia, pero en mi opinión, han salido con timidez y salvo un caso que conozco, lo han hecho
con productos de capital y no de renta, que es lo que entiendo debería de venderse, pues de renta son las necesidades que se plantean a las familias para costear el servicio de atención no sanitaria de aquel de sus integrantes que cae en esta situación de dependencia; debiéndose dirigir el producto, como cualquier otro producto general de riesgo vida a todas las edades entre los 16 y los 70 años de edad y sin edad de salida, como en los vida entera, con primas vitalicias o temporales. Los más sagaces, procuraran cerrar el círculo del servicio, para que todo quede en la misma propiedad, pero en cestas distintas.
Estos y otros que ni cito, son los retos que creo tiene el sector para el próximo quinquenio, es algo más que la monotemática preocupación de futuro por Solvencia II
A buen entendedor…