Las últimas semanas han sido insoportables para España y sus ciudadanos que estábamos siendo observados detenidamente por los que dominan y controlan los capitales; cada día que pasaba era peor que el anterior.
Con la iniciativa del Eurogrupo de tomar la decisión de apoyar al saneamiento del sistema bancario español, aquel que hace dos años era la admiración mundial, es de suponer que entramos en la vía correcta para iniciar la senda correcta hacia la capitalización de las entidades financieras y que no tenía que haber tardado tanto en tomarse (ver post de 26 de marzo de 2009). Esperemos que ahora, como ha dicho el ministro, comience a fluir el crédito hacia las empresas y particulares y se anime el crecimiento económico.
Todo apunta a que el Eurogrupo se ha limitado a poner condiciones de supervisión del buen uso de los fondos que hasta 100.000 millones de € se han puesto a disposición del Estado español, lo cual, lejos de parecerme mal, puede resultar hasta positivo habida cuenta del desastre de supervisión local que hemos tenido en estos últimos tiempos.
También coincido con el Ministro De Guindos que se están dando pasos en la buena dirección sobre transparencia de las entidades financieras que me gustaría fuesen completadas con una exigencia de que se concentren en su core business y no pretendan, como lo han hecho en el pasado, penetrar en todas las actividades que se les ocurría, muchas veces como “elefante en cacharrería”, erosionando la calidad y equilibrio de precios de ofertas responsables, todo ello bajo el principio de “que los mercados se regulan solos” y que ya vemos a dónde nos ha llevado.
El euro se defiende mejor con esta decisión frente a los especuladores y de aquellos, que desde su entrada en el mercado, han estado poniendo «palos en las ruedas» para que descarrilara. La confianza en Europa debe recuperarse a todos los niveles, de ciudadanos y de gobernantes.
Una última idea que me parece esencial, en la medida que todos los ciudadanos vamos a vernos afectados por las decisiones de capitalización bancaria, es que esos fondos deberán devolverse por parte de sus propietarios y se investigue la mala gestión, en algunas casos rozando el delito, de todas las personas y se les juzgue por lo que han hecho.