Ha muerto Félix Sancho Gracia.
Esta mañana me he despertado con esta triste noticia y me ha venido al pensamiento aquella sobremesa que tuvimos un grupo de amigos en la casa de Juanjo Amezaga, cerca de Pedraza, donde Félix Sancho Gracia nos deleitó con recitales espontáneos acompañados por la música melancólica de un bandoneón.
Solamente tuve ocasión de disfrutar de su compañía aquel día pero ciertamente fue una auténtica delicia porque comprobé de forma directa la enorme personalidad de Félix, con una voz hecha para recitar y transmitir los sentimientos del ser humano a través de la interpretación. Pero, además, comprobé que estaba delante de una persona vital que disfrutaba en compañía de sus amigos y allegados.
Mi amigo Willy Barredo, «culpable» de que yo pudiera estar allí, me dijo que Félix estaba muy mal de salud, su enfermedad avanzaba inexorablemente.
Pues a pesar de ello comimos, bebimos, cantamos, escuchamos sus recitales y guardaré siempre un recuerdo inolvidable de aquel día junto con la grabación de uno de sus recitales, «El día 13 de julio yo me tropecé contigo», de Rafael De León, que terminaba así:
antes que llegue tu olvido,
por la savia de un ciprés
subiré delgado y lírico,
hecho solamente voz
para decirte en un grito:
¡Te quiero! ¡Te quiero muerto
igual que te quise vivo!»