Escribe: Fernando Álvarez, @ceriomarketing, autor del libro «La música de marketing»
Yo diría que la respuesta es que “no pero sí” o que “sí pero no”.
“No” porque las redes sociales no son el camino para realizar una venta directa como entendemos tradicionalmente el concepto de venta.
Y “Sí” porque a través de nuestro trabajo en ellas conseguiremos acceder a personas o empresas a las que podremos vender y convertir en clientes fieles.
Para entenderlo podemos buscar similitudes con un concepto que, ya hace años y desde el marketing tradicional, acuñó Seth Godin y que cobra todo su vigor en el marketing online. El Marketing de Permiso.
Hay grandes similitudes entre el trabajo a realizar en este marketing y el que desarrollaremos en las redes sociales para que nuestra estrategia en ellas sea eficaz.
El marketing de permiso consigue transformar a extraños en amigos, a amigos en clientes, y a clientes en evangelizadores de tu marca o producto. Igualmente, en redes sociales y a través del buen uso del marketing de contenidos, te podrás ganar la confianza de los usuarios y también su fidelidad. Con ambos será necesario entablar un diálogo con los consumidores, creando una relación interactiva en la que participen tanto ellos como nosotros, con el objetivo de vender algo al consumidor en el futuro mediante la obtención de su permiso previo.
El marketing de permiso debe ser anticipado y relevante. Anticipado porque la gente espera tus mensajes y relevante porque esos mensajes son de interés para las personas a las que los diriges. En redes sociales también tendrás que lograr “enganchar” a tu target con valiosos contenidos, tanto para atraerlos como para que repitan.
Tanto en el Marketing de permiso como en las redes sociales, en vez de acercarnos a nuestros potenciales clientes de una forma directa o incluso agresiva, les seduciremos ofreciéndoles contenidos que despierten su interés. Estos dos medios de seducir al cliente resultan útiles tanto para los consumidores como para los vendedores, y entre ellos se llega a producir un intercambio simbiótico.
El objetivo final tanto de este marketing como del trabajo en redes es vender, pero el producto nunca será el protagonista de la estrategia. La estrategia es demostrar que puedes ofrecer aquello que necesita tu público objetivo y ayudarle a resolver sus problemas. De una forma natural tendrás la oportunidad de mostrar a tu audiencia lo buenos que son tus productos y servicios, pero esto se hará de una forma sutil, teniendo siempre en mente que lo primordial es atender las necesidades del cliente.
Pero sobre todo, en ambos, la estrategia a seguir tendrá que ser una estrategia a largo plazo, en la que será necesario invertir tiempo y recursos, pero que si se hace bien, los resultados merecerán la pena. Serán estrategias que requieren paciencia y que se desarrollan con el tiempo
El cultivo de posibles clientes implica cavar, sembrar, regar y cosechar. Este trabajo hace que el resultado sea infinitamente más predecible, pero se necesita un esfuerzo y una concentración constantes. Si se toma un mes de descanso, se puede perder todos sus cultivos. Por otro lado, la agricultura es escalable. Una vez que adquiere habilidad, se pueden plantar cada vez más semillas y cosechar cada vez más cultivos.
Pero recuerda siempre, que también en ambos, no existen fórmulas mágicas o milagrosas que te lleven al éxito y que el trabajo constante será la clave para conseguir el éxito.
Así que ya sólo queda decidir si gana el “no pero sí” o que “sí pero no”.