- El sector del cuidado de la piel en España mostró en 2023 un crecimiento récord del 12,1%, según datos de Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética
El interés por el cuidado de la piel ha aumentado en los últimos años, en gran parte impulsado por las redes sociales y una creciente oferta de productos cosméticos. Sin embargo, este entusiasmo desmedido puede acarrear problemas. El exceso de skincare se ha convertido en una preocupación entre dermatólogos y expertos en salud. Este fenómeno puede dañar la barrera cutánea, provocar irritaciones y generar más problemas dermatológicos.
Según datos de Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, el sector del cuidado de la piel en España mostró en 2023 un crecimiento récord del 12,1%, situándose entre los grandes sectores contribuyentes a la expansión económica.
“La piel es un ecosistema complejo que se autorregula. Cuando utilizamos demasiados productos, o los combinamos incorrectamente, alteramos su equilibrio natural. Esto puede generar inflamación, sequedad y hasta sensibilización crónica”, explica Alejandro Fernández Casado, médico dermatólogo del Hospital CIMA de Sanitas. “El uso excesivo de activos como retinoides, ácidos exfoliantes y vitamina C, sin una adecuada supervisión, aumenta el riesgo de desarrollar afecciones como dermatitis por contacto o acné cosmético”.
En este sentido, es fundamental conocer los ingredientes de los productos que se van a utilizar. Elegir fórmulas que se adapten al tipo de piel y a sus necesidades específicas garantiza mejores resultados y minimiza el riesgo de efectos adversos. Asimismo, se deben evitar combinaciones de activos que puedan ser dañinos si no se usan adecuadamente. “Por ejemplo, los ácidos exfoliantes y los retinoides no deberían emplearse juntos sin la guía de un dermatólogo, ya que pueden causar irritación severa”, añade Alejandro.
Entre los problemas más comunes asociados al exceso de cuidado de la piel se encuentran:
· Irritación cutánea: el uso frecuente de productos con activos potentes puede eliminar los aceites naturales de la piel, debilitando su barrera protectora.
· Sensibilización crónica: la acumulación de productos en ocasiones provoca una piel reactiva que se enrojece fácilmente frente a factores externos.
· Acné cosmético: algunos productos, especialmente los aceites y las cremas densas, obstruyen los poros acelerando la aparición brotes.
· Dependencia cosmética: la piel puede acostumbrarse a ciertos ingredientes activos, reduciendo su efectividad con el tiempo.
A esto se suma una preocupación psicológica, especialmente entre adolescentes. Influenciadas por las redes sociales, muchas jóvenes comienzan a obsesionarse con alcanzar estándares de belleza irreales, sometiendo su piel joven y saludable a rutinas innecesarias e incluso agresivas. “Estamos viendo un aumento en la ansiedad relacionada con la apariencia física y la presión por mantener una piel perfecta. Esta obsesión no solo afecta la salud de la piel, sino también a su bienestar emocional, fomentando inseguridades y una relación poco saludable con la propia imagen”, explica María Calle, psicóloga de Blua de Sanitas.
Además de evitar el exceso de productos, los especialistas coinciden en que una dieta equilibrada es esencial para mantener una piel saludable. Algunos alimentos clave para nutrir la piel desde el interior son:
· Frutas cítricas: ricas en vitamina C, como naranjas y kiwis, que estimulan la producción de colágeno y combaten el daño oxidativo.
· Pescados grasos: el salmón y el atún son fuentes de omega-3, que ayudan a reducir la inflamación y mantienen la piel hidratada.
· Frutos secos y semillas: contienen vitamina E y zinc, esenciales para la reparación celular y la protección contra los radicales libres.
· Vegetales de hojas verdes: como la espinaca y el kale, ricos en antioxidantes que promueven la regeneración celular.
· Té verde: sus catequinas ayudan a mejorar la elasticidad de la piel y reducen la incidencia de arrugas.
“Una rutina de skincare saludable comienza por simplificar los pasos. Menos es más y limitarse a lo esencial, como la limpieza, la hidratación y la protección solar, es suficiente para mantener la piel equilibrada y protegida frente a factores externos. Evitar el exceso de productos no solo ayuda a prevenir irritaciones, sino que también permite que la piel se autorregule de manera natural”, concluye el dermatólogo.
Por último, la hidratación no solo se logra con productos tópicos, sino también desde el interior. Beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, contribuye a mantener la piel en óptimas condiciones, potenciando los efectos de los cuidados externos.