Escribo estas líneas el 7 de Noviembre, después de asistir a la Jornada del CECAS sobre la nueva Ley de Contrato de Seguro. Mi felicitación al CECAS por lo oportuno del tema y el desarrollo de la Jornada.
Las exposiciones de los Ponentes que representaban a la Dirección General de Seguros, a UNESPA, Consumidores y Mediadores fueron brillantes, pero también llamativas, y claramente divergentes.
La filosofía y los principios del Órgano de Control se inspiran en la necesidad de defender los requerimientos válidos de los Asegurados, Perjudicados ó Beneficiarios a través de la profundización de la normativa, la incorporación de la experiencia jurisprudencial y, la consideración de la experiencia práctica del Servicio de Reclamaciones.
En este caso, y en mi criterio con toda lógica, el Director General se posicionó con claridad y convicción por el desarrollo normativo que evite el desequilibrio entre las dos partes del Contrato. Ante algunos epígrafes tan significativos como la información previa al Asegurado, el tratamiento de la suma asegurada y las muchas veces difícilmente comprensible aplicación de la Regla Proporcional, la obligación de las Aseguradoras para facilitar la información sobre el contenido de la Peritación ó el procedimiento administrativo de la Peritación contradictoria (art. 38) me parece que resulta imprescindible la reforma de Ley del año 1980 en la línea de lo apuntado por el Director General.
Personalmente, la duda es si, en el proceso que falta hasta que la nueva Ley esté en el BOE, lograrán superar las indudables dificultades y presiones que es seguro van a encontrar.
Por otra parte sorprendió, y no precisamente de forma favorable, la filosofía y contenido de la Presidenta de UNESPA, no por su claridad – una cualidad personal reconocida – sino por la orientación neoliberal y negacionista de una regulación amplia del Contrato de Seguro. ¿No lo entendí bien? o ¿lo que sería peor, lo entendí “demasiado bien”?. Creo que la orientación obedece a una postura maximalista del lobby asegurador para que el resto de intervinientes en el proceso sepan lo que les espera. Aunque así fuera, me parece que supone una táctica escapista de una necesaria reconducción de las prácticas aseguradoras. Quizás ha crecido tanto el sector y su poder, que no viven la realidad de las incidencias reales de los contratos de Seguro.
Apoyarse en la legislación existente, para no abordar cambios, en un supuesto pero irreal equilibrio entre las partes contratantes, utilizando a los Mediadores para sustentarlo ó esperar que una autorregulación de las Entidades Aseguradoras resuelva los problemas de los Contratos de Seguros, me parece que son más intereses de parte que una verdadera vocación de transparencia, servicio y equilibrio. Creo que, al menos con claridad, el sector asegurador, las Aseguradoras, actúan casi sólo como lobby. Quizás no deba sorprendernos. Las cartas están claras.
La posición divergente, al menos de la mayoría del criterio de los Mediadores y del representante de la Asociación de Usuarios, me hace pensar que el problema es de fondo e importante.
Me gustó la filosofía expuesta por la Asociación de Usuarios, exigente pero a la vez razonable y realista.
Los Corredores y Agentes Exclusivos, que viven la realidad sin duda más que los altos ejecutivos de las Aseguradoras, dieron testimonio de la necesidad de una cierta catarsis del sector asegurador para que se actúe realmente con más equilibrio entre las partes.
Estamos lejos de la posición en la que “la obligación del sector asegurador es dar respuesta a las expectativas de las Asegurados”, pero, al menos, es imprescindible avanzar en la atención diligente y activa de sus requerimientos válidos. Creo que para ello la reforma ó sustitución de la Ley de Contrato de año 1980 es imprescindible.
Espero que, entre todos, se superen las visiones excesivamente parciales, aunque sean legítimas, y se camine hacia un cambio significativo con respecto a la actualidad.
Sería decepcionante y grave no conseguirlo pero hay amenazas en ese sentido.
¿Soy demasiado pesimista?. Animo a los diversos sectores a difundir sus posiciones para encauzar adecuadamente este tema.
En todo caso, cabe pedir atención y cautela para evitar la frustración de los Asegurados.
¡Nos jugamos mucho!
Juan José Lecanda