Vivo en Getxo, junto al mar Cantábrico, en metro llego a la Plaza Elíptica en el centro de Bilbao en 25 minutos, mientras leo la prensa y confirmo lo que ya he oído en la radio.
En 24 horas, entre el viernes y sábado, tuve ocasión de acercarme al centro de Bilbao para asistir, en el Palacio de Euskalduna, al Congreso de Jóvenes “Lo que de verdad importa” y a la ópera Billy Budd de Benjamin Britten , y en el Museo de Bellas Artes a la exposición “El joven Murillo”. Disfruté mucho.
El Congreso “Lo que de verdad importa” convocó a un alto número de participantes jóvenes para escuchar a 4 ponentes que dieron testimonio de sus experiencias personales en situaciones límite, bien por propia voluntad, el caso de Jaume Sanllorente, promotor de “Sonrisas de Bombay” un proyecto hecho realidad de ayuda a más de 5.000 niños y adolescentes en la India, el de Bosco Gutiérrez Cortina, arquitecto mexicano que consiguió escapar de sus raptores después de 9 meses de cautividad, el de Pedro García Aguado, que consiguió superar el ambiente de drogodependencia y finalmente el de Nando Parrado que sobrevivió a un accidente aéreo en los Andes.
Todo el Congreso fue interesante, ameno y nos tocó la fibra sensible a muchos. Como resumen apunto la frase de Parrado, “yo me di cuenta a los 20 años de lo que es importante en la vida, otros se dan cuenta a los 80”.
Según terminó el Congreso pasé al auditorio principal para escuchar la ópera “Billy Budd” de Benjamin Britten basada en la novela de mediados del siglo XIX de Melville, autor también de la famosa Moby Dick y libreto de Foster y Crozier estrenada por primera vez el 1 de diciembre de 1951 en el Coven Garden de Londres.
Me gustó la puesta en escena porque se consiguió el dramatismo de una obra que se desarrolla en un barco de Su Majestad la reina de Inglaterra a finales del siglo XVIII, con personajes exclusivamente masculinos y que presenta, a mi juicio, una situación muy actual, la mezquindad del que usa sus influencias y puesto en el escalafón del Maestro de Armas John Claggart, interpretado magníficamente por Sir John Tomlinson, para machacar al generoso, abierto y leal marinero, querido por todos, Billy Budd, interpretado por el barítono Nathan Gunn, sin que el vigilante de la legalidad y el orden, el capitán Vere, ilustrado y liberal, lo impida por razón de hacer cumplir las ordenanzas de la Armada de Su Majestad.
La ópera es música, es interpretación y dramatismo, es un conjunto armónico que en este caso fue muy bien dirigido por el Director Bilbaíno, actual Primo Direttore Ospite del Teatro Carlo Felice de Génova, Juanjo Mena.
Además de lo dicho, tengo que reconocer que no es una ópera para no iniciados. Una amiga que estuvo a mi lado y no habitual de la temporada, me dijo abiertamente, cuando cayó el telón, “Carlos, te lo digo como lo siento, no me ha gustado nada”.
De vez en cuando, después de la ópera, cenamos con amigos. El viernes lo hicimos con Juanjo Lecanda y su esposa, Inma, en el Bar Berton de Rodríguez Arias donde tienen tres cosas buenas, excelente tortilla de patatas, una buena ensalada mixta y un servicio de calidad.
La exposición de la pintura del joven Murillo, la vi, junto con mi esposa, el sábado entre las 12 y 14 horas. Además pude saludar a buenos amigos que también estaban disfrutando de la exposición. Forma parte de la manifestación del barroco que se está exponiendo en Londres y Valladolid y que sirve para disfrutar de un Murillo distinto al de las “Inmaculadas”, más cercano al testigo de una Sevilla decadente pero todavía poderosa de mediados del siglo XVII. Cuando veía a los niños intentando comer lo que les daba el monje franciscano o el niño quitándose los piojos, descalzo y lleno de una costra de polvo en el pie, me acordaba de las palabras de Jaume Sanllorente del día anterior cuando nos hablaba de los niños huérfanos de Bombay. ¡Cómo es posible que después de tantos siglos la pobreza no esté erradicada del planeta!.
Hace unos días, un buen amigo mío, Antonio Viñuela, me regalaba un artículo de la revista Harvard Business Review titulado “Moon Shots for management”; no sé por qué pero lo que viví el pasado fin de semana lo relacioné con dicho artículo. Quizás porque fueron vivencias distintas a las habituales, quizás porque rompían con las imágenes de siempre, quizás porque proponían nuevas formas de hacer, quizás porque sugerían cuidar los caminos de libertad, quizás porque el centro de todo eran las personas…No lo sé…