(El presente artículo se publica con la autorización de Sarah Bel, jefa de comunicación del Fondo de innovación en microseguros y recogido del Informe anual 2008. Desde aquí agradezco a Sarah su ayuda)
Autor: Craig Churchill, Jefe de Equipo en el Fondo de Innovación en Microseguros de la Oficina Internacional del Trabajo
Los microseguros son una gran tienda de campaña, debajo de la cual hay muchos tipos distintos de organizaciones, enfoques y riesgos cubiertos. A menudo la cacofonía de los debates acerca del término ‘microseguros’ puede crear una confusión considerable porque tiene distintos significados para distintas personas. A fin de establecer cierto orden, conviene dividir los microseguros en algunos de sus componentes. Una manera de hacerlo es dividiéndolos en funciones productivas y protectoras:
Funciones productivas: Algunos productos de microseguros están destinados a apoyar las inversiones en actividades productivas. Por ejemplo, los seguros indexados sobre condiciones meteorológicas permiten que los agricultores puedan obtener créditos para insumos agrícolas porque, de no estar protegidos, los bancos serían más reacios a concederles préstamos. Del mismo modo, los seguros destinados al ganado o a las pequeñas empresas pueden ayudar a los trabajadores pobres a proteger sus bienes de generación de ingresos.
Funciones protectoras: Aunque todos los seguros son básicamente protectores, en este apartado hacemos referencia concretamente a la protección personal o familiar, en particular los seguros de vida y de salud. Los seguros de salud constituyen una cuestión particularmente delicada porque idealmente las personas deberían tener acceso a una cobertura universal. Sin embargo, ese ideal no existe en los países en desarrollo (ni en muchos países desarrollados), y cuando se dispone de planes de salud públicos, o bien suele ser imposible que se apliquen a los trabajadores de la economía informal, o bien las limitaciones presupuestarias imponen un racionamiento estricto de los beneficios. Por consiguiente, los microseguros pueden desempeñar dos papeles respecto de la protección social de la salud: ayudar a ampliar los beneficios de segmentos desatendidos de la población; y proporcionar beneficios complementarios a quienes desean disponer de cobertura adicional, o acceder a proveedores de atención de salud distintos de los proporcionados por el gobierno.
El Fondo de Innovación en Microseguros está interesado en promover microseguros productivos y protectores porque ambas funciones realizan una importante contribución al alivio de la pobreza y la promoción del trabajo decente. Los pobres son vulnerables a muchos riesgos y a menudo no distinguen entre la cobertura de las necesidades personales o las actividades de generación de ingresos. Como consecuencia, algunas organizaciones proporcionan productos compuestos que combinan elementos productivos y protectores, lo que les permite proporcionar de forma rentable una mayor cobertura exhaustiva que responde a las necesidades del grupo al que se destinan.
Otra forma de organizar el espacio de que se dispone en la tienda de campaña de los microseguros es mediante la estructura de propiedad de los proveedores, que incluye a mutualidades y cooperativas, organizaciones no gubernamentales (ONG) y aseguradoras comerciales. De la experiencia adquirida hasta el momento se deduce que todos los modelos institucionales que proporcionan seguros a los pobres tienen ventajas y desventajas. Por consiguiente, consideramos que es importante trabajar con diversos tipos de instituciones y fomentamos la colaboración entre distintos tipos de instituciones, o bien promovemos modelos híbridos para aprovechar las ventajas y minimizar las desventajas. Por ejemplo, uno de nuestros subvencionados mexicanos, Seguros Argos, una aseguradora comercial, está ayudando a las asociaciones rurales a crear mutualidades aseguradoras, en las que la compañía y la mutualidad comparten los riesgos y los beneficios.