En un mundo tan competitivo como el actual, donde los seguros de las distintas compañías cubren prácticamente los mismos riesgos, es importante conseguir por un lado, que nuestros clientes estén lo más satisfechos posible para que no busquen alternativas a nuestros servicios y por otro lado, aumentar la cartera de clientes ¿Cómo conseguirlo? necesitamos aportar un valor añadido a nuestros clientes respecto a la competencia, para conseguir esa diferenciación, una manera de hacerlo es a través de la CALIDAD.
Un instrumento útil, es la implantación de un sistema de gestión basado en la norma ISO9001:2008, primero, por el hecho de basarnos en una norma internacionalmente reconocida y cuyo mantenimiento requiere de una auditoria externa por un organismo certificador autorizado, lo que otorga mayor credibilidad frente al resto de sistemas y segundo porque nos exige “la mejora continua“, es decir, que cada año debemos ir aumentando e incrementando nuestras exigencias a la hora de cumplir los objetivos que nos hayamos planificado.
Otro argumento a favor de la implantación de un sistema de gestión basado en esta norma es, que es una manera de comprometerse con cliente, ya que se establecen los procedimientos adecuados para detectar cualquier posible incumplimiento o problema y de forma inmediata se realizan las acciones correctivas y preventivas necesarias para solucionarlo y dar un mejor servicio.
Tenemos que pensar, que con esta forma de gestionar la compañía no estaremos controlando únicamente nuestros procesos internos sino también evaluaremos todos aquellos proveedores que prestan un servicio a nuestros clientes como son: peritos, talleres, médicos, abogados, compañías de asistencia incluida la red comercial, así que, por muy bien que lo hagamos nosotros internamente no debemos descuidar quienes en muchas ocasionas, más relación tienen con nuestros propios clientes.
Ser ágiles en las tramitaciones, dar una información transparente y mejorar la atención al cliente, además de ser más eficientes y eficaces en el desarrollo de nuestras actividades son algunos de los objetivos que podemos plantearnos a la hora de sentarnos a implantar un sistema de gestión basado en la calidad.
Si a todo esto le unimos, los procedimientos que se establecen para conocer las distintas oportunidades de mejora en todas las áreas de la organización, veremos que la implantación de este tipo de sistemas nos permite avanzarnos y detectar los posibles problemas, mejorar el prestigio de nuestra compañía, aumentar la confianza de nuestros clientes y la de nuestros proveedores así como implicar a nuestros empleados en la gestión de la compañía consiguiendo una mayor productividad de los mismos.
Desde CSI, animamos a todas aquellas compañías que quieran ir un paso por delante de su competencia, para que se planteen la implantación de este tipo de sistemas de gestión, que tiene un coste muy bajo para la multitud de beneficios que se pueden llegar a obtener.