Fuente: http://www.cibersur.com
Se imaginan a 16.000 personas siguiendo en directo por internet una conferencia del ministro de Educación. De semejante cifra presume la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, pionera en el uso de las nuevas tecnologías para expandir el saber universitario más allá de las aulas.
‘La web 2.0 es la web de la participación, en la que cualquiera pueda escribir y en donde todo el mundo es periodista o profesor’, explica el administrador de la UIMP 2.0, Pablo de Castro, un proyecto que en sólo tres años de funcionamiento ha crecido hasta tener 7.700 miembros registrados, 5.000 en Facebook y unos 900 en Twitter.
Debates que se siguen por vídeo en directo vía ‘streamming’ mientras se dejan comentarios o preguntas que se formulan en línea, presencia en redes sociales como el Twitter o el Facebook e incluso la implantación de la novedosa tecnología QR, que aporta información a tu móvil con un solo click.
Por separado, nada de ello sorprende: hace años que se pueden ver la televisión convencional desde un ordenador, los foros de debate existen desde que se tejió la misma red y muchos famosos usan el Facebook para expandir su popularidad.
Pero pasándolo todo por el sedal del aprendizaje, esas herramientas conforman otra forma de aproximarse al saber, más libre, más interactivo y más global.
‘La libertad de expresión que llegan a ofrecer las redes es inalcanzable en cualquier otro canal. Hoy por hoy es la única manera de escapar a cierta servidumbre implícita en nuestras relaciones sociales’, afirma uno de los usuarios de la UIMP 2.0 Javier Rodríguez, que también dinamiza dos foros de debate de la UIMP.
Debates que antes nacían y morían en clase, en los cinco días que dura un curso de verano en Santander, y que hoy se empiezan antes y terminan después gracias a la red, con gente de todo el mundo y con una mayor profundización en la materia.
El éxito de la propuesta radica en este factor, y la UIMP 2.0 cuenta con miembros de 146 países distintos, en su gran mayoría de habla española, que también tienen acceso a documentación, ponencias y grabaciones de años anteriores.
Lo último en implantarse es la tecnología QR. Prácticamente desconocida en España, permite que el teléfono móvil detecte a través de la cámara un código de barras que conecta el dispositivo a una página web determinada, sin tener que escribir el engorroso ‘http://…’, y recibiendo la información ‘in situ’ y sin esfuerzo.
En toda esa mezcla de dispositivos, tecnologías y sociedad red también entra otro factor en juego: la globalización empuja a que las universidades, como cualquier otra empresa, necesite fortalecer su imagen de marca.
‘La competencia no es local, sino global. Contra Harvard o Stanford. Tienes que abrirte al mundo y eso se consigue en la red.
El márketing no se dirige a 40.000 estudiantes, sino a 4 millones.
Todo el mundo tiene cien amigos en Facebook’, puntualiza el creador de la UIMP 2.0, iniciativa que en 2009 recibió el Premio Fundetec al mejor proyecto del año en internet, en la categoría de iniciativas destinadas a la ciudadanía.
Semejante ejercicio de integración cibernética, en la que se entretejen redes, RSS, blogs, nombres, perfiles y personas, ha generado un irremediable cambio en el concepto de identidad entre los jóvenes.