Pertenece a la serie: Reflexiones veraniegas: el modelo de empresa que no se estudia en los MBAs
Normalmente siempre había un Sheriff que velaba por el bien de sus conciudadanos, y yo por lo menos recuerdo dos tipos de Sheriff: aquel que era invencible (ciencia ficción) y aquel otro, más realista, que aun siendo vulnerable, conseguía vencer a los «malos» porque hacia que cada ciudadano fuera protagonista de la victoria final.
Ya sabéis, que si bellas señoritas camelan a los malos para que entren al Saloon, el camarero les va invitando a tragos, el pianista les distrae con música y cuando llega el Sheriff y los malos desenfundan se dan cuenta de que ni tienen puntería ni tienen balas.
Y es que como decía «el bueno» de Clint Eastwood (y nunca mejor dicho, link), «un hombre tiene que conocer sus limitaciones» … Así que seas Shérif o no lo seas, haz protagonistas a los que rodean (y casi me sale un pareado y todo 😉 )