Foto cortesía de http://blog.agirregabiria.net/ |
Es una mezcla de sentimientos, reflexiones e ilusiones cumplidas que simplemente dibujan una sonrisa en mi cara cada vez que las recuerdo.
Si ya cuando organizas cualquier otro evento pones todo el cariño, sabes que cuando se trata de un TEDx, tienes que intentar que además este recubierto de un halo especial que permita a los asistentes vivir una experiencia difícil de olvidar.
Y ese era uno de los grandes retos, no solo compartir y transmitir sino hacer sentir esa experiencia.
Solo por ver la cara de ilusión de todos aquellos que habéis asistido (y haber imaginado la de aquellos que nos habéis seguido por streaming), ha merecido la pena todas las horas de sueño que llevamos en la mochila.
Ojalá este sea el inicio del camino de muchas «experiencias sensoriales» más, y para que así sea, comparto con vosotros el decálogo que nos ha ayudado a hacer de este sueño un realidad: (http://www.tedxbilbao.com)