Entra en el museo de Bellas Artes
Escribe: Carlos Biurrun
El pasado 31 de marzo, junto con mis compañeros del Foro de Diletantes de Bilbao, visité el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Era una visita excepcional porque teníamos como guía nada menos que a su Director, Javier Viar. Juan Luis Alcaraz e Iñigo Erhardt se encargaron de la organización del acto, visita guiada y comida-coloquio.
De los más de 40 actos organizados por el Foro desde su fundación en mayo de 2006, para mí este fue uno de los más gratos. Tengo especial predilección por este pequeño pero maravilloso museo que visité por primera vez en el lejano año de 1958. Era noviembre, había muerto el Papa Pío XII y la dirección del Colegio, los Escolapios, cercano al Museo, decidió suspender las clases en señal de duelo.
A un amigo y a mí no se nos ocurrió otra idea que entrar en el Museo, porque nos pillaba camino de casa y antes de atravesar el Puente de Deusto. Era un día gris de otoño, lluvioso, triste, uno más de Bilbao de aquella época.
La imagen que tengo de aquella visita está muy difuminada pero en todo caso recuerdo que el Museo hacía juego con el paisaje triste de la ciudad, dentro también, oscuro, con casi nadie en las salas. Las primeras pinturas que vi, entonces no lo sabía, fueron las románicas y góticas y unas pequeñas figuritas etruscas.
A finales de los 70 se emprendió una total renovación del Museo que culminó con la construcción de un nuevo edificio moderno contiguo al neoclásico levantado en 1945, dando lugar a una mejor presentación de la obra artística, iniciándose una nueva etapa de especial apertura hacia la ciudad y conseguir una imagen más atractiva de “un pequeño pero maravilloso museo” en palabras de Miguel Zugaza, actual Director del Museo del Prado y anterior del de Bellas Artes de Bilbao, con motivo de su centenario.
He disfrutado desde entonces muchísimas veces con la colección permanente y las temporales que maravillosamente se organizan en el Museo y ahora lo hago con las magníficas y pedagógicas explicaciones de Javier Viar que también estaba en los Escolapios en los tiempos que comento y que ya apuntaba su vena de erudición artística o al menos así me lo parecía a mí que de vez en cuando les acompañaba a aquella cuadrilla de “intelectuales”, Unzueta, Urrutia, López Irasuegui… que hablaban de cine, de filosofía en la Plaza de Jado.
Visitar el Museo guiado por Javier Viar – dirigiéndolo desde 2002 – es una gozada, sabe mucho, es ameno, pedagógico y te muestra detalles que otras veces no habíamos sido capaces de ver, además de contarnos múltiples anécdotas de todo lo que rodea al Museo.
El Museo nace a principios del siglo XX, 5 de octubre de 1908, gracias a la pujanza económica de la época, y al mismo tiempo que otras obras de Bilbao como La Misericordia o la Sociedad Filarmónica, santuario de tradición musical de Bilbao que tuvo su continuación con la Asociación de Amigos de la Ópera, ABAO.
En palabras de Viar, “el Museo de Bellas Artes es junto con el Thyssen uno de los museos generalistas más importantes de España” y como señalaba Oriol Buigas, “después del Prado es el que tiene una colección más completa de pintura del Siglo XII al XXI”.
Era obligado conocer el efecto Guggenheim en el Museo de Bellas Artes y por eso alguien le hizo la pregunta a Javier Viar y su respuesta no ofreció duda alguna, “el Guggenheim ha servido para que se conozca más el Bellas Artes”.
El tiempo pasó rápido y no se pudo completar una visita completa. Por eso algunos pensamos que sería bueno repetirla, por supuesto con tan excelente guía. Allí quedaron esperándonos los Zurbarán, Murillo, Ribera, Goya, Gauguin, Arellano, Iturrino, Losada, Arteta, Zuloaga, Chillida, Ibarrola, Zamacois y muchos más…
Seguro que volveremos pronto, vale la pena. Mientras tanto podemos hacer, desde aquí, un buen recorrido virtual.