Escribe: Carlos Biurrun
Escucho la radio, leo los periódicos y comienzo a tener la sensación de estar dentro de un barco sin rumbo y, lo que es peor, con poquísimas probabilidades de encontrarlo.
Los tertulianos sensatos – alguno todavía queda – ya se sienten impotentes para explicar, comentar, criticar algo sobre esta maldita crisis que parece que no tiene fin y que atenaza nuestras mentes y paraliza nuestros cuerpos.
En España los políticos salientes y los entrantes callan mientras el paro sube – casi 50% en los jóvenes – y el spread de la deuda soberana reduce la capacidad de luchar contra el déficit, Obama llama a una reunión a Barroso y Van Rompuy – ¿qué capacidad tienen a la vista de los acontecimientos? – para implorarles que reaccionen y adopten soluciones antes de que caiga Europa en una gran depresión que puede arrastrar al mundo entero y Merkel insiste en que hay que arreglar el déficit de los países de la UE como única fórmula para salvar el euro y la Unión Europea.
La opinión pública de los países del sur de Europa está que brama contra la señora Merkel que no da su brazo a torcer para que el BCE compre deuda soberana de los países con dificultades que no puede hacer porque no está en su misión constitutiva.
El dilema está sobre la mesa y parecería que no tiene solución y vamos camino del precipicio, del empobrecimiento masivo y de la desaparición del euro, del espacio político europeo, un futuro, en consecuencia absolutamente negro.
Soy optimista por naturaleza y además he tenido que luchar mucho para superar muchas dificultades a lo largo de mi vida, “no me chupo el dedo”.
Creo que en los próximos días vamos a llegar al punto de inflexión de la tendencia negativa de la crisis y se va a producir el día 9 de diciembre, en la cumbre europea y ello a pesar de que las posiciones divergentes que se harán notar.
El discurso del presidente Sarkozy en Toulon el pasado 1 de diciembre apunta algunas ideas interesantes sobre el camino que propone:
– “Responder a la crisis con trabajo, con esfuerzo y una gestión medida de los gastos. Entre la baja de la pensiones y trabajar más tiempo, yo elijo la segunda, entre ganar menos y trabajar más yo elijo la segunda”.
– “Es preciso parar urgentemente la especulación sobre nuestra deuda rompiendo la duda sobre nuestra capacidad de gestionar nuestra deuda y pagar nuestras obligaciones”.
– “Para reducir nuestro déficit es preciso eliminar los malos gastos”, es necesario disminuir los gastos corrientes, reducir los efectivos de la función pública”.
– “Además de animar el trabajo, debemos continuar invirtiendo ya que la clave del futuro está en la productividad y la competitividad”.
– “La reforma del sistema financiero es urgente”
– “Trabajar más y mejor, formarse más y mejor, invertir masivamente y mejor, son las principales herramientas para comenzar un nuevo ciclo económico”. “Es tiempo de trabajar, de invertir, de emprender”.
– “No ganaremos la batalla del empleo sin empresarios, sin agentes sociales”. “No vamos a emprender el camino sólos, el aislamiento no es la solución, la soberanía no se ejerce más que con los demás”. “Europa no es menos soberanía sino más supone más capacidad para actuar”. “Se defiende mejor la soberanía con los demás”.
– “Haremos proposiciones – con la señora Merkel – para garantizar el futuro de Europa”.
– “La elección de la convergencia es la del trabajo en común, el esfuerzo compartido para construir una economía europea, una zona de estabilidad y de confianza”.
– “Europa no es una elección, es una necesidad que va a refundarse tomando buena nota de las lecciones aprendidas de la crisis”. “Tenemos que tomar decisiones en la zona euro por mayorías cualificadas”.
– “Tenemos que tomar decisiones cruciales en las próximas semanas”.
Es verdad que el discurso de Sarkozy está más próximo a aquellos que pensamos que mirando la parte del gasto del balance no se sale de la crisis porque hay que dinamizar la actividad con inversiones y eso se consigue con confianza y también con solidaridad – exigente con aquellos que dilapidan – entre países, dando prioridad a la recuperación del flujo del dinero hacia la producción de bienes.
Y también es verdad que la Señora Merkel deberá flexibilizar su postura y ofrecer una mano amiga a los que están con dificultades, al fin y al cabo, somos los que les compramos coches, tecnología y muchos bienes de todo tipo – el principal mercado alemán somos los europeos y, aunque sea por beneficio propio, no es bueno cometer el error de presionar con exceso en la parte del gasto exclusivamente para arreglar el déficit.
Por todo esto soy optimista y creo que comenzaremos la senda de la recuperación de la confianza, de la esperanza, asumiendo que todavía nos quedan años difíciles.
