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Más sobre el mismo tema del post que a continuación publicamos se puede leer:
– Autos, ¿tarifas individualizadas?
– Tráfico, tendencia desfavorable.
– Comparadores y su impacto en el resultado del seguro de autos en Gran Bretaña
Me suelo sorprender con «los análisis”?) de la prensa generalista sobre el seguro de AUTOS. ¿Por qué se permiten sin rechistar los comentarios simplistas como el que realiza M.A. García Vega el Domingo 13 de Noviembre en «EL PAIS»?.
He llegado a la convicción de que los Periodistas sólo quieren titulares con un cierto impacto… aunque el desarrollo del trabajo sea de escaso rigor.
Ahora bien, no pueden ó no quieren los Aseguradores hacer la pedagogía suficiente para evitar tamaños errores e imprecisiones?
Todos sabemos (?) que la evolución económica y el seguro de Autos, al menos en cuanto a los resultados de sus cuentas, no siguen necesariamente caminos paralelos.
No es cierto que sea imposible que una caída de las nuevas ventas conlleve ni siquiera una reducción de la facturación.
Dado que el peso relativo de la nueva producción, neta de bajas, supone solamente alrededor de un 2% de la facturación total, es evidente que ésta depende de la política general de los precios aplicados a la cartera, sin desdeñar las modificaciones de garantías (y precios). Ya sé que es obvio pero parecería que no lo es para millones de lectores ¿O sí?.
Se prevé una nueva caída de la facturación de este año del orden del 2% que se acumula a las reducciones de los últimos cuatro años.
Ciertamente, el vértigo por la caída de la facturación puede hacer que alguna(s) Aseguradora(s) se «mareen» y les lleve a una «pelea de precios» sin suficiente justificación técnica.
Sin embargo, este análisis es, con carácter general, muy simplista. Como en repetidas ocasiones menciona el Director General de Seguros, el precio de los seguros debe adaptarse a la carga siniestral.
Un ciclo económico de crisis, con frenazo en la demanda y en el uso de los vehículos está generando caídas reiteradas y significativas del número de siniestros, de la frecuencia siniestral que, obviamente, se trasladan a los precios.
Lo que resultaría inconcebible es que ello no ocurriera.
Catalogar de dinámica «perversa» la reducción de los precios y de la facturación, y que «impacta en la línea de flotación de la cuenta de resultados de las Aseguradoras», supone una supina ignorancia de la actividad.
Para rizar el rizo del desconocimiento, señala que «las compañías aseguradoras también se resienten de que en España se haya producido un descenso de la frecuencia de siniestralidad poniéndolo en boca de un experto Asegurador.
Al parecer que haya menos accidentes es un problema.
No discuto que se esté produciendo, a la vez que un proceso de mejora siniestral y de la consecuente reducción de precios, un posicionamiento estratégico de cara a la definitiva (?) concentración del sector.
Supongo que, a pesar de que ya los 10 primeros Grupos facturan más del 90 por ciento, en el 2012-2013 habrá todavía algún proceso de concentración.
Entretanto, la pelea por el cliente y su fidelización está servida pero sin que haya disparates, al menos de momento.
Para corroborarlo, recomiendo, más que atender a estos artículos de prensa, analizar informes como los de la DGSFP ó el líder asegurador referidos a 2010.
Los ratios combinados son los que permiten soportar las políticas de precios a la baja, por supuesto, como dice el Director de Autos de «Catalana”, «si la estructura de costes justifica técnicamente los precios ofertados.”
Quizás las dudas pueden surgir al plantearse los cambios normativos futuros.
Claro está que la modificación de la Ley de Contrato no tendrá repercusión significativa, y, además, «va para largo».
En lo relativo a Solvencia II de momento parece no inquietar al sector.
Lógicamente, debería ser el cambio del BAREMO DE DAÑOS CORPORALES el que tuviera una repercusión importante. Ya he escrito en ocasiones que debería haberse abordado hace años, en el periodo anterior a la crisis económica.
Los términos previstos en la Ley 30-95 deberían llevar a un cambio significativo del Baremo en lo cuantitativo, fundamentalmente.
En el futuro, una mayor homologación europea así como una exigencia de las Asociaciones de Familias de Accidentados, obligarán a abordar la adaptación del Baremo.
Todo parece indicar que no se observa un interés significativo el respecto, lo cual no deja de resultar sorprendente.
¿O es el Lobby sectorial el que marca la pauta ante la iniciativa legislativa?
Ahora bien, ¿Cuánto durará la situación actual?
¿No sería deseable que, al menos a medio plazo, se produjera un nuevo equilibrio con prestaciones más elevadas para Daños Corporales y los precios suficientes y equitativos?
Entretanto que «los precios de los seguros de este ramo han caído un 28% de media desde 2004» tiene su explicación, además de en otros factores, en que los muertos y lesionados graves se han reducido a la mitad en los últimos 10 años.
Cada Entidad sabrá lo que está haciendo pero insisto que, con carácter general no parece preocupante la tendencia.
Por tanto, aparte de «victimismos interesados» es conveniente, además de una mayor transparencia de las Aseguradoras, que el sector, a través de Unespa, explique a la prensa y a la Sociedad en general los hitos o factores básicos del seguro. En ocasiones, parece que se renuncia a ello. No debería ser así.
Sería mejor que se dijera que «el seguro de Autos «CARBURA» porque ésa es la realidad.
Al menos, eso es lo que a mí me parece,… y ¡que lo haga por muchos años!