¿Tu también tienes la sensación de que últimamente y más que nunca las marcas están desempolvando sus anuncios, eslóganes y/o campañas del pasado?
¿Tienes la sensación de que cada vez es más generalizado, el comentario de mediadores de seguros, sobre su anhelo de encontrar Compañías de nuestro sector que les presten el servicio de siempre?
El motivo es la nostalgia.
Los humanos somos propensos a los pensamientos nostálgicos porque la nostalgia es buena para nosotros. Nos produce bienestar psicológico.
Recrearse con los recuerdos levanta el ánimo, aumenta la autoestima y fortalece las relaciones.
Y esto es así, porque nuestro cerebro, está programado para recordar las experiencias pasadas, como si hubieran sido mucho mejor y más agradables que como las vivimos en su momento.
La nostalgia se comporta con nosotros como un persuasor psicológico muy potente.
Y esto es porque nuestro cerebro tiende a hacernos creer que el pasado fue perfecto.
Tenemos tendencia a vivir en el pasado y a nuestro cerebro le gusta.
Una de las formas clásicas y más eficaces que las empresas utilizan para crear este efecto en los consumidores es el Marketing de Nostalgia.
El Marketing de Nostalgia es una estrategia atemporal con la que los anunciantes nos hacen revivir imágenes, sonidos y sentimientos de otra época para vendernos una marca o un producto actual.
Cuando vemos un producto nostálgico del pasado, volvemos a sentir lo que sentimos la primera cuando éramos jóvenes, cuando todo nos parecía más seguro, sencillo y mejor.
Los anuncios de productos que nos llevan a la nostalgia, nos hacen revivir las emociones que asociamos a ellos.
Como consumidores, casi siempre, pretendemos activar y recrear los recuerdos de antaño.
Muchas marcas consiguen enormes beneficios, explotando la ilusión humana de que el pasado fue mejor de lo que nuestras vidas son ahora.
Y lo hacen marcas como Coca-cola, Mcdonald´s, Unilever, Renault, etc.
Hasta Michelin está recuperando su icono por excelencia, el muñeco Michelin.
Al recuperar los anuncios de nuestra juventud, las empresas, nos despiertan las nostalgia. Crean una asociación entre nuestros positivos recuerdos de aquella época y sus productos.
Estamos tan decididos a recordar el pasado de forma favorable que podemos incluso llegar a recordar acontecimientos agradables que nunca ocurrieron.
Por eso en muchas personas se produce el efecto de que su edad real no se corresponda con su edad psicológica.
Y es por eso por lo que buscamos objetos y experiencias pasadas que nos hacen sentir jóvenes de nuevo.
Cuanto más mayores nos hacemos, más intensa se vuelve nuestra nostalgia del pasado.
Sentimos nostalgia de nuestros grupos de música favoritos y de las canciones que escuchábamos cuando éramos jóvenes.
A la gente le gusta escuchar, durante toda su vida, la música que escuchaba cuando era joven.
De hecho, nuestro espacio de apertura a nuevas experiencias, se cierra a los 33 años.
Además recordar el pasado nos proporciona sosiego y seguridad y nos hace sentir más esperanzados y optimistas.
Por ello el Marketing de Nostalgia se potencia en nuestras mentes en tiempos de crisis.
En tiempos de inestabilidad económica, los consumidores necesitan todavía más, refugiarse en la nostalgia de olores, sabores y sonidos de productos, que los transporten a una época en la que todo esto no les asediaba.
Ante el sentimiento de inseguridad e incertidumbre sobre el futuro sólo queremos volver a un periodo más estable.
A todo lo expuesto se suma que, a medida que la tecnología avanza a más ritmo y cada vez todo es menos duradero y permanente, los consumidores nos aferramos a las marcas, que nos permiten transportarnos y revivir épocas más simples y estables.
Parece pues, que el Marketing de Nostalgia, cobra todo el vigor en los momentos que estamos viviendo.
La inestabilidad económica, la rapidez de los cambios tecnológicos y la necesidad permanente del consumidor por sentir seguridad, justifican que podamos utilizar el Marketing de Nostalgia de forma efectiva, en un sector y canal como el nuestro de seguros mediados.
Porque además ¿No es cierto que todas las nuevas formas de venta de seguros, que han ido surgiendo en los últimos años, no tienen un pasado al que referirse para evocar la nostalgia del comprador de seguros?
¿Podemos aprovechar esta ventaja competitiva para ganar la encarnizada guerra existente en nuestro mercado de seguros?
¿Sabremos evocar la nostalgia de nuestros clientes hacia nuestro canal de mediación, nosotros, que si tenemos una historia que contar?