Ayer, en el concierto de Bruce Springsteen en el estadio de Anoeta de San Sebastián, se confirmó lo que ya sabíamos: Asistir a un concierto del “Boss”, enérgico y pasional, como siempre, es disfrutar de la buena música que nos ofrece, espléndidamente arropado por una potente y altamente profesional E Street Band, que es capaz de reinventarse en el acompañamiento a un cantante de raza, en la mejor tradición de la música americana moderna que hunde sus raíces en esa mezcla afroamericana y europea tradicional.
45.000 incondicionales disfrutamos durante 3 horas de una sucesión de “novedades” de su nuevo álbum “Wrecking Ball”, trufadas de los clásicos , que todo el mundo corea a una sola voz, sin que faltaran “ Born to run” o “Dancing in the dark”.
La noche amenazaba tormenta, de hecho el concierto empezó con un “Who´ll stop the rain”? (¿Quién parará la lluvia?), pero ni los truenos ni la lluvia, casi constante durante todo el concierto , consiguieron reducir nuestro entusiasmo y participación, como un coro más del espectáculo.
“ Wrecking ball”, su nuevo álbum, es un alegato, lleno de fuerza, contra la maldita crisis, fruto de las injusticias, mentiras y engaños que azotan, de manera brutal, a muchos ciudadanos de a pie de Estados Unidos y Europa, con un mensaje de «saldremos de esta» reflejado en una de las canciones.
Bruce y su equipo no dejan nada a la improvisación, todo está muy medido en sus conciertos, la puesta en escena, la luminotecnia, el sonido, los coros ( más protagonistas que nunca), los músicos ( con una sección de viento impresionante) y por supuesto su intervención, que es constante durante los 180 minutos¡ no para!
Bruce Springsteen ayer se «mojó«, chorreaba agua, porque salió de su protección del escenario y se mezcló completamente con el público, que no notaba la lluvia, y llegó a bailar con tres niños que saltaron a la pasarela; uno de ellos hasta tarareó con él una de sus viejas canciones.
Al terminar, regresando a mi casa de Hendaya con Carlos, volvieron mis pensamientos a la realidad del momento: Esos chapuceros y corruptos que engañan a los ciudadanos para beneficiarse ellos, esos dirigentes incapaces que se ponen a resolver lo que desconocen y que mantienen una total opacidad de información y la justifican en aras de conservar la confianza y la estabilidad cuando éstas ya están perdidas. Es preciso un gran movimiento ciudadano que obligue a los dirigentes, europeos y españoles, a un gran pacto global sobre lo esencial… Y lo esencial son las personas y unos valores que hemos perdido: Credibilidad, lealtad, esfuerzo, solidaridad, cumplir con los compromisos…..
Tenemos que ponernos el buzo, mancharnos de grasa si queremos salir de esta crisis, no hay otra solución, pero que se marchen los políticos ineptos y ocupen sus puestos los que tengan capacidad de sacrificio y de dirección.