Escribe Oscar Paz:
Pertenece a la serie: Reflexiones veraniegas: DECÁLOGO de un CUARENTAÑERO 2.0
De esto que estás a punto de comenzar una reunión con otras 20 personas, y notas que hay una leve incidencia (el proyector, o el teclado o algo así), llamas al servicio de atención a usuario, y después de un buen rato consigues convencerle para que vengan lo antes posible, pasa media horita (sin olvidar que en la sala estamos unos 20) y cuando al final aparece el técnico, te dice, necesito que rellenes un formulario en la intranet para que lo pueda arreglar… casi tres horas después la leve incidencia estaba arreglada. Esto que parece un chiste, es pura realidad. (y eso que me he ahorrado unos cuantos detalles)
Cosas como esta son simplemente inaceptables, y hay que declararse insumiso, objetor o lo que sea antes este tipo de BURROCRACIAS. Que hace falta tener un mínimo control… vale, que necesitamos medir… vale, que hay que tener un standar de calidad…vale, pero siempre y cuando no se vulnere el sentido común, que sino esto se convierte en un pitorreo y al final pensamos más en cumplir las normas que realmente en solucionar el problema de la persona que tenemos enfrente.
Lo he dicho ya unas cuantas veces, OS INVITO A ROMPER LAS NORMAS, no tengáis miedo, siempre y cuando lo hagáis para buscar soluciones y ayudar a los demás.
Me encanta la metáfora de la gota de Fairy con la grasa, porque la grasa como la dejes, se agarra a la cazuela y luego no hay quien la quite, ni con el Scotch Brite y el Nanas juntos.
Y lo mismo pasa con la burocracia, como la dejes, va creciendo, se va agarrando a los procesos y luego no hay hijo de vecino que se deshaga de ella, y lo que es peor, algunos empiezan a creer que en lugar de un medio la burocracia es un fin en sí mismo…
Lo dicho, cuando te veas rodeado por la burocracia, antes de que se «agarre» piensa que eres una gota, piensa que eres VERDE (oye al «Increible Hulk» le funcionaba 😉