Escribe Oscar Paz:
Pertenece a la serie: Reflexiones veraniegas: DECÁLOGO de un CUARENTAÑERO 2.0
No hace mucho que escuché, de boca de un compañero, «el cuerpo es el recipiente del alma» y todos sabemos que un buen vino necesita de una botella (y corcho) en excelentes condiciones.
Se tiende a trivializar el cuidado del cuerpo, prejuzgándolo, muchas veces, como anorexia, vigorexia, o excesiva obsesión por la estética, y nada más lejos de la realidad, el cuidado del cuerpo es básico para nuestro bienestar mental.
Resulta curioso que a medida que somos más mayores practicamos menos ejercicio, y es precisamente cuando más lo necesitamos.
Principalmente asociamos wellness=ocio y no tanto wellness=salud (preventiva), erróneamente se equipara practicar algo de ejercicio con hobbies como pueden ser ir al cine, jugar a un videojuego o ir a ver un concierto.
Craso error, el wellness (pasear, correr, nadar, estiramientos, relajación, nutrición adecuada, ..) nos permite equilibrar nuestra mente y cuerpo y quien piense que llevando una alimentación desordenada, no haciendo ejercicio y cultivando mucho la mente va a conseguir unas plenas facultades mentales se equivoca… es como quien recolecta una muy buena uva, la fermenta en unas barricas excelentes, pero la embotella y pone un corcho que deja entrar el aire.
No te engañes, si realmente cultivas tu mente, una de las PRIMERAS frases que aprendiste fue «mens sana in corpore sano»,¿ va a ser ahora la ÚLTIMA a la que hagas caso?