Escribe: Carlos Biurrun
Hace unos días asistí al IV Encuentro Mediario de Líderes de seguros.
Es un acto que organiza el Colegio de agentes y corredores de Barcelona, con el apoyo del Grupo ADI, y que sin duda alguna se ha convertido en un referente de buenos intercambios de los máximos dirigentes del sector asegurador con autoridades económicas, Caruana, Javier Solana…
Alrededor de 100 dirigentes del seguro, mediadores y algún periodista asistimos al acto que se desarrolló en un aula de ESADE donde el invitado, este año, fue Joaquín Almunia, vicepresidente y comisario de la competencia de la Comisión Europea.
Tengo que confesar que el momento por el que pasa la sociedad europea, la crisis económico – financiera, las nuevas regulaciones a la vista como Solvencia II, MIFID II, DMS2 /IMD2, entre otros temas, hizo que me resultase sumamente atractiva la asistencia a aquel encuentro que fue abierto por Lluis Ferrer, Presidente del Colegio de Barcelona y por Pasqual Llongueras, Consejero Delegado del Grupo ADI para a continuación dar la bienvenida a todos la Directora de ESADE Business School, Eugenia Bieto.
El profesor Francisco Longo, presentó al invitado que habló de “la nueva unión económica y monetaria”.
El discurso de Almunia no estuvo a la altura de lo esperado, limitándose a contarnos lo que ya sabíamos, “la ingenua construcción de una unión económico – monetaria sin las herramientas necesarias como una política fiscal común, un tesoro único y una política presupuestaria coordinada. De tal manera que cuando llegó la crisis los fallos en la construcción monetaria se manifestaron crudamente y salieron a la superficie los eternos fantasmas europeos, norte – sur, rigor – ligereza, proyecto común – desmembración…”
Y siguió contándonos cosas que se pueden leer en cualquier periódico para resolver la endiablada situación en la que nos encontramos, “la necesidad de creación de una unión bancaria, la urgente mutualización de la deuda y construcción de un fondo de depósitos común, que se está poniendo en marcha con muchísima lentitud por su complejidad y las diferencias políticas de los mandatarios de unos y otros países”.
Fue un discurso «déjà connu» en el que eché en falta algunas ideas que sí dijo en otro acto similar ante empresarios vascos celebrado en marzo de 2009 en San Sebastián (¿Cómo y cuándo salir de la crisis?). Entonces fue más explícito sobre la necesidad de más inversiones en innovación, más educación y la necesidad de alcanzar un gran pacto social europeo. No me sorprende que no dijera nada sobre estos puntos y la necesidad de crecimiento productivo ya que se permitió, desde mi punto de vista, una ligereza cuando dijo «que si Keynes viviera ahora no sería keynesiano».
El profesor Agustí Ulied, antiguo compañero de Joaquín Almunia y europeísta convencido, moderó el debate que a continuación se abrió. Sus preguntas a Almunia fueron muy oportunas aunque las respuestas no fueran muy concretas.
A pesar de que los asistentes plantearon buenas cuestiones y algunas interesantes valoraciones sobre el momento actual, no parecía que Joaquín Almunia quisiera entrar a contestar con claridad. Por eso, tengo la impresión que muchos de los asistentes se nos quitaron las ganas de preguntar porque sabíamos que no tendríamos respuestas claras y concretas. Mucho más después de que Pilar González de Frutos quiso arrancarle una valoración diferenciada entre banca y seguros dentro del sistema financiero y se encontró con una respuesta contundente, «no conozco el seguro para poder contestar». ¿Qué respuesta hubiera obtenido el Presidente de la patronal bancaria ante una pregunta similar? ¿Tampoco sabría de banca? ¡Ah, ese seguro desconocido!
Me hubiera gustado preguntarle al Comisario Almunia muchas cosas que ahora se están cociendo en Bruselas: ¿Por qué se mete en el mismo saco a todas las entidades financieras cuando a la vista está que la crisis no ha afectado de la misma forma a bancos que a compañías de seguros? ¿Por qué se presenta un estudio sobre malas prácticas en la venta de seguros sin diferenciar sus autores? ¿No serán los nuevos entrantes los que producen la mayoría de malas prácticas en la venta de seguros, bancaseguardores o comparadores u otros? ¿Cómo se paliará el impacto económico para los mediadores por la implantación de la IMD2? ¿Se piensan tomar medidas para luchar contra la competencia desleal en la venta de seguros? ¿Cómo podemos avanzar hacia un verdadero mercado único de distribución de seguros? ¿Se propiciarán medidas para avanzar en exigencias profesionales homogéneas en el ámbito de la UE?
Preferí no formular estas y otras preguntas más porque tenía la firme convicción de que podría recibir similares respuestas a la de la Presidenta de UNESPA.
Terminó el acto con la foto de familia y una animada comida de todos los asistentes.
Una vez más el sector asegurador saldrá adelante con el trabajo discreto de sus dirigentes, aunando voluntades y proyectos como Gary Cooper, «solos ante el peligro» y arriesgando sus recursos e inversiones a pesar de las dificultades. Y en el nuevo escenario asegurador renovado tendrán una participación protagonista los agentes y corredores de seguros, que transmiten, como ningún otro, confianza y asesoramiento riguroso a los asegurados.
En su conjunto el acto fue muy interesante y por ello quiero felicitar a los organizadores del acto que, una vez más, demostraron su capacidad de convocatoria, su impecable organización y su contribución al intercambio de ideas y experiencias tan necesarias en los momentos en que vivimos.
