Escribe Oscar Paz: Cuando le preguntaron al Dalai Lama qué le sorprendía más de la Humanidad, respondió” el Hombre”. Porque pierde su salud para ganar dinero, después pierde dinero para recuperar su salud y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta el presente. Por lo que no vive ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca…. Y mueren como si nunca hubieran vivido. .
El Dalai Lama lo tiene más que claro, el no saber cuando tenemos que parar nos hace llegar hasta límites que resultan contraproducentes e irreversibles para nosotros y para las personas que nos rodean.
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Recuerdo que una de las primeras veces que me hice esa pregunta fue al de 4 ó 5 años de comprarme mi segundo coche, un Ford Focus. Casi de forma automática mi cerebro me «sugirió» que fuera pensando en «pasar al siguiente nivel», así que durante un par de meses estuve dándole vueltas a cual sería mi siguiente coche, ¿quizas un BMW? ¿un Audi? …
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Hoy sigo con mi Ford Focus de ya casi 14 años, afortudamente, hubo «una voz interior» que me dijo que un coche del «siguiente nivel» no me iba a aportar más prestaciones realmente útiles al poco uso que yo hacía del vehículo, y por el contrario si me iba a exigir pagar más por el seguro, por su mantenimiento, … En realidad MAS coche era MENOS calidad de vida.
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Desde ese día en mi mente tengo grabado a fuego la pregunta «¿cuando suficiente es SUFICIENTE?» Y me la hago constantemente, aquí os dejo algunas respuestas que me han ayudado a identificar ese momento:
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– Cuando empiezo a perder la salud
– Cuando empiezo a perder la ilusión
– Cuando no puedo aportar mi punto de vista o criterio de forma libre
– Cuando siente que no soy eficiente
– Cuando tengo la sensación de molesto más que ayudo a los demás
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En ese mismo instante, se trate de un tema personal o profesional «paro máquinas», reflexiono y decido que este SUFICIENTE tiene sabor a sobresaliente.
