Escribe: Benito Rius, Corredor de seguros
En los últimos días, tres personas me han pedido consejo sobre cómo crear una correduría de seguros. Uno de ellos es trabajador de una entidad aseguradora y las otras dos están relacionados con el sector pero no desde la mediación de seguros, por lo que “inexplicablemente”, sigue siendo una profesión atractiva para la gente.
Es curioso cómo, con el paso de los años uno va cambiando la forma de ver las cosas y en el caso del negocio de la mediación de seguros ha evolucionado de una manera tan rápida que la perspectiva para alguien que quiere empezar la actividad es completamente distinta de la que teníamos hace no muchos años.
Analizando los pasos que seguiría alguien que elija la opción “tradicional” pasa por tener la formación exigida y presentar la documentación pertinente para solicitar la autorización de correduría de seguros. Una vez obtenida, tendríamos que buscar un local donde implantar el “centro de mando”, amueblarlo, elegir el software de gestión y contratar los suministros como el teléfono, electricidad, etc. Si tengo recursos, puedo empezar contratando a empleados o por el contrario, empiezo solo con la esperanza de que crezca rápido y buscar ayuda en poco tiempo. Seguidamente tenemos que decidir quiénes van a ser nuestros proveedores y tengo la impresión que las entidades hoy en día quieren relaciones con profesionales que se comprometan de forma clara con unos objetivos significativos para darle servicio, debido a la tendencia de disminuir sus redes comerciales, incluso eliminado sus oficinas de forma generalizada, lo que nos lleva a poder abrir una o dos opciones para poder cumplir los compromisos adquiridos.
Ahora que ya tenemos todo preparado y empezamos a ganarnos la vida con ilusión y no pasa mucho tiempo hasta que nos damos cuenta que todo el mundo no juega con las misma fichas y que los productos que yo estoy aconsejando son más caros en mi correduría que los que el cliente puede conseguir en otros mediadores mucho más grandes y ya no digamos si le entidad tiene un acuerdo con bancaseguros o una marca de automóviles. Protesto enérgicamente a la entidad y me contesta que es posible que existan diferencias y que el volumen de los acuerdos exige un tratamiento distinto.
Pienso que en nuestro país, los mediadores hemos dado un gran paso en lo que respecta a gestión de negocio, eficiencia y enfoque hacia la rentabilidad. La oferta para alguien que quiera empezar la actividad de correduría de seguros es mucho mayor y en algunos casos, llena de valores que pueden significar la diferencia entre el éxito o el fracaso. Me refiero a la incorporación a un proyecto de los muchos que están creciendo en forma de franquicias, asociación como corredor a un grupo o incluso como auxiliar asesor dentro de una estructura creada para acoger perfiles como el que describimos.
Imaginemos el ejemplo anterior desde la nueva perspectiva para alguien que se une a un proyecto y recibe desde el principio:
– Plan de negocio desarrollado
– Disponibilidad inmediata de todo lo necesario para empezar
– Estrategia en Marketing y soporte físico
– Formación continua
– Herramienta informática actualizada y posiblemente mejorada
– Multitarificadores enlazados con muchas entidades de primer nivel
– Disponibilidad de productos en múltiples entidades y en condiciones favorables
– Atención al cliente centralizada (me permite ahorrarme empleados )
– Acuerdos económicos similares a los que conseguiría una correduría al empezar
– Soporte jurídico y Fiscal
– Traslado las obligaciones de presentación de documentos a la DGSFP
Es difícil imaginar que haríamos si tuviésemos que empezar nuestro negocio desde cero, pero creo que en mi caso, no volvería a crear una estructura tradicional y posiblemente buscaría un proyecto con los valores que yo considero debe tener una buena empresa de mediación y que me aportase el máximo de beneficio, todo ello, garantizando la titularidad de la cartera. Al fin y al cabo, las corredurías estamos uniéndonos o creando proyectos para mejorar nuestra efectividad independientemente del tiempo y la cartera que tenemos, como no me va a parecer atractivo desde la perspectiva de alguien que empieza solo.