Escribe: César García, Doctor en Derecho de seguros.
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Poco a poco en la industria del sector asegurador se viene dando más relevancia al microseguro. Y ello, fundamentalmente por dos factores:
– Posibilidades de aumento del negocio para los operadores económicos del sector;
– Posibilidades de inclusión social de determinados nichos poblacionales.
Citando al recientemente fallecido José Luis Sampedro, “lo que no cotiza en los mercados no existe”, por lo que el gran reto para la industria financiera es llegar a las capas poblacionales que históricamente han estado fuera del mercado, y que Swiss Re, en su Informe Sigma nº 6 del 2010, cuantifica en 4000 millones de personas…y en aumento.
De otro lado, dentro de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, uno de los grandes retos de la humanidad está el de mejorar las condiciones de vida de todos los que cohabitamos en este planeta, para dejar de llamarlo Casa, para pasar a llamarlo todos, Hogar.
Desde aquí no vamos a entrar en cuál de los dos aspectos deberá prevalecer, si la visión social del asunto o su vertiente económica. Lo que sí es cierto es que cualquier proyecto ha de ser cuando menos económicamente sostenible – que no rentable – , pero a su vez que se ha de tener en cuenta la utilidad para el público objetivo, y si está a su alcance.
Lo que nosotros queremos plantear es que bien por uno u otro motivo, o por ambos, los microseguros a lo largo de los próximos lustros, van a verse desarrollados y van a formar parte de nuestro entorno económico. Como muestra el Informe Anual 2012 del Fondo para la Innovación en Microseguros de la Organización Internacional del Trabajo en África en el período 2008-2012 estos productos han aumentado un 200%, y en la India, en el año 2010, 163 millones de habitantes tenían contratado un microseguro.
Por ello entendemos interesante el realizar una diferenciación entre lo que se entiende por un microseguro vs. seguros tradicionales para no confundirlo con seguros baratos.
Como ejemplo de seguros sociales baratos tenemos el DPVAT, que es el seguro obligatorio de circulación de vehículos en Brasil, o los Seguros Educativos de México, los cuales no reúnen muchos de los requisitos de los microseguros.
Un ejemplo de microseguros de Salud los tenemos en las coberturas para partos y atención médica al neonato en el valle del Katmandú (Nepal) ofrecidas por la United Mission to Nepal, o en el Programa de Aseguramiento Popular de Guayaquil (Ecuador), impulsado desde la prefectura de esa localidad.
De otro lado, lo que sí une al seguro tradicional- barato o no- con los microseguros, es la necesidad de formación e información al cliente, tal y como lo recoge el Informe del 2012 la Organización Internacional del Trabajo antes citado… pero eso, como escribió Michael Ende, “es otra historia”.