Escribe: Clara Armengol, Directora General Deutsche Zurich Pensiones
“El reparto y la capitalización en las pensiones españolas” es un estudio que Zurich y la Fundación Edad&Vida han presentado recientemente. El estudio, elaborado por un equipo investigador del IESE, basa sus conclusiones en un profundo análisis de la sostenibilidad y el futuro de las pensiones españolas, identificando problemas y estudiando posibles reformas del sistema de reparto español. Sin duda alguna, constituye la base para una reflexión profunda sobre el sistema actual de pensiones y los cambios que deberían introducirse necesariamente para lograr un sistema de pensiones sostenible a medio-largo plazo que permitiera obtener unas pensiones dignas. Por este motivo, me gustaría compartir con todos vosotros algunas de las conclusiones.
En España todo el ahorro obligatorio para la jubilación se gestiona en un sistema de reparto de prestación definida. Esto tiene tres consecuencias. Primero, hace que todo el ahorro capitalizado sea voluntario y, por lo tanto, la probabilidad de que sea insuficiente para garantizar unas rentas adecuadas durante la jubilación es muy alta. En segundo lugar, como el sistema de reparto español es de prestación definida, asigna todos los riesgos demográficos y económicos al sector público y pone en entredicho su viabilidad presupuestaria en el medio plazo. Por último, los sistemas de prestación definida en general, y el español hasta la fecha, carecen de mecanismos de ajuste que los estabilicen automáticamente. Eso obliga a una sucesión de reformas recurrentes e imprevisibles para restaurar su sostenibilidad, que generan mucha incertidumbre para los trabajadores y para los pensionistas.
El Sistema de Pensiones Español genera mucha Incertidumbre. Muchos españoles saben que la edad a la que van a poder jubilarse y la pensión pública que van a cobrar son inciertas. Lógicamente, los trabajadores españoles que tienen más de 50 años y están en la última parte de su vida laboral, tienen un margen de maniobra menor y, por lo tanto, son los más afectados por este problema. A los pensionistas también les afecta la incertidumbre del sistema de reparto español porque afecta a la actualización de sus pensiones.
Una parte de los problemas de sostenibilidad del sistema de reparto español se deben a su forma de calcular los derechos pensionables, que es poco contributivo y genera numerosas arbitrariedades desde un punto de vista actuarial. Algunos ejemplos de estas arbitrariedades son los siguientes:
Dos personas que cotizan lo mismo pueden no recibir la misma pensión, porque han cotizado en momentos distintos de sus carreras laborales. Por ejemplo, usando las reglas del sistema de pensiones vigentes en 2012, una persona que hubiera cotizado durante 15 años entre los 30 y los 45 no tiene derecho a percibir pensión contributiva alguna y otra persona que hubiera cotizado las mismas cantidades pero entre los 50 y los 65 años tendrá derecho a percibir el 50% de su base reguladora.
Las pensiones españolas son poco transparentes porque mezclan la contributividad con la solidaridad. Se utiliza el sistema fiscal para incentivar los planes de capitalización y de esta forma se intenta paliar los problemas del sistema de reparto. Es mucho más eficiente utilizar el sistema fiscal para recaudar y utilizar las posibilidades que ofrece la ley para complementar el sistema de reparto con planes capitalizados obligatorios o cuasi-obligatorios.
La financiación del sistema de reparto español es un problema de carácter estructural. En el siguiente gráfico se representa el escenario de población más reciente del INE y se observa que la tasa de dependencia, definida como el cociente que resulta de dividir la población con edades comprendidas entre los 16 y los 64 años y los mayores de 65, va a pasar de más de 3,6 en 2011 a 2,5 en 2030 y que se va a estabilizar alrededor de 1,6 en 2050.
Según nuestros cálculos, para mantener el ratio de dependencia del año 2010, España necesitaría unos 26,5 millones de inmigrantes entre 2010 y 2050. Esa cifra supone que deberían llegar a España unos 665.000 inmigrantes al año durante todo ese periodo y, sin ir más lejos en 2010 llegaron tan sólo unos 70.000.
Me gustaría que las conclusiones de este estudio realizado por un equipo investigador del IESE sirvieran para enriquecer el debate que necesariamente debe realizarse respecto del sistema de pensiones actual, con el único objetivo de conseguir mantener el bienestar y la calidad de vida que todos deseamos en el momento de la jubilación.