(N.E. Hay otras formas de trabajar en la empresa,más solidaria, más responsable, cercana a quienes no tienen ni siquiera los básico para subsistir. Marta Aburto, agente de AXA en Getxo lo explica en este artículo)
Escribe: Marta Aburto Fierro
El cuidado de uno mismo y de nuestros seres queridos no puede por menos que hacerse extensivo a nuestro entorno, los otros y el planeta global.
Ya va siendo hora de pertenecer al mundo de una forma responsable.
Debemos dejar atrás la lucha fratricida por el consumo y el poder.
Responsabilidad Social Corporativa es el nombre que recibe el “cachito” de actividad empresarial que superando la máxima del máximo beneficio se dedica a otra cosa, algo nuevo, que no deja de ser lo que toda la vida nuestro corazón pide a gritos.
Resulta que vamos a descubrir que el mundo emocional es también el mundo de la responsabilidad.
Aceptemos que íntimamente esto es así desde siempre, pero una organización social corrompida como es la nuestra ha impedido que las personas actuemos en la empresa conforme a ese principio fundamental.
Cuando una comunidad velaba por los principios sociales de convivencia, se basaba en la solidaridad de la forma más amplia posible. En aquellos tiempos, Responsabilidad, Sentimientos y Solidaridad eran indivisibles.
Los jefes tenían la responsabilidad de que la educación de las personas sirviera de base para que las decisiones del grupo fueran coherentes con aquellos principios.
En la medida que el poder se traslada de los sabios a los ricos y poderosos se corre más y más peligro.
Los sabios, aunque no sean jefes, empiezan a presionar en las empresas y en la sociedad en general para restituir el orden de la COMUNIDAD.
El INTRAEMPRENDIMIENTO como cambio hacia el bien común:
Nunca antes los trabajadores de una empresa hemos tenido tan claro la oportunidad de poder cambiarla hacia el bien común.
La era digital y las redes sociales hacen al ciudadano empoderado del conocimiento, de manera que la responsabilidad del trabajador es también la de conocer el producto que la empresa quiere vender, e identificarse con el ciudadano en esta oportunidad de transmisión del conocimiento desde la base.
En este hecho del empoderamiento del conocimiento por parte de los consumidores y los propios trabajadores desde la base, se asienta el cambio que ya es IMPARABLE y en el que en muchas ocasiones, tendrá más peso la opinión de la base que la de los propios directivos de la empresa e incluso que sus accionistas y propietarios.
En todo caso se tratará de conciliar el beneficio empresarial con la R.S.E, manifiesta en la acción Social Solidaria. Esto apunta al denominado CUARTO SECTOR en el que se entiende que es una responsabilidad social tanto el ganar dinero como el destinar una parte de esta ganancia a la ayuda a sectores de población desfavorecidos.
Desde este punto de vista entendemos prácticas como la de AXA seguros, que a partir de la iniciativa personal de una agente, se moviliza de una forma completamente innovadora (digamos desde abajo hasta arriba) para crear un nuevo producto en beneficio del tercer sector, en particular en este caso a favor de la ONG UNICEF.
Este nuevo producto presenta la innovación de la participación de Stakeholders nunca antes implicados de esta forma:
Los consumidores ( asegurados) adquieren un protagonismo sustancial, puesto que es su solidaridad la tractora de la acción, acompañada de un compromiso permanente de la empresa en su apoyo, con una aportación proporcional por parte de los agentes intermediarios de la venta de los seguros que voluntariamente participan solidariamente.
Esta forma de participación esta también considerada sustancial en la definición de empresas del cuarto sector, llamándose Gobernanza de Stakeholders
De lo expuesto puede extraerse una conclusión: Aunque en la anterior acción de AXA no participe el sector publico, su sustancia es equivalente a la constitutiva del llamado Cuarto Sector. En este se manifiesta la tendencia al empoderamiento del ciudadano por efecto de la globalización, siendo la transmisión del conocimiento cada vez más independiente del poder intelectual establecido en nuestro sistema social anterior al siglo XXI.
No sabemos como será el futuro con el aumento de esta capacidad de participación del ciudadano, pero apostamos porque esta sea precisamente la guía de los procesos de cambio social por venir.