Escribe: José Luis Latorre
A quien le guste la historia, puede recordar que así empezaba una vieja canción revolucionaria de un sindicato de clase en la época previa a la Guerra Civil Española, nada más lejos de mí voluntad hablar de este tema, pero la vieja canción me vale para situar el escenario de este post.
La situación económica-financiera actual pese a que queramos ver “brotes verdes” es de una enorme incertidumbre. En mi actividad profesional diaria veo con tremenda sorpresa en demasiadas ocasiones, como ante ciertas dificultades económicas la dirección de muchas empresas empiezan a recortar coberturas y contratos de seguros, dejando impagadas primas o anulando contratos, dejando en indefensión a acreedores y abocando a la empresa a la quiebra en caso de siniestro.
“….NUBES OSCURAS NOS IMPIDEN VER…”
Cuando la situación empresarial se convierte en insostenible algunas empresas buscan la protección de la “situación concursal” y en ese momento entre los primeros pasos que da el administrador del concurso designado por el juzgado es la reactivación y contratación de seguros, como forma de protección de los activos a los acreedores.
Se pueden reactivar la mayoría de los seguros bajo el paraguas del concurso, salvo en la mayoría de ocasiones del denominado de D&O; este seguro cubre las responsabilidades que Administradores y Altos Cargos incurran en el ejercicio de su actividad profesional y puedan causar un perjuicio a terceros, y en consecuencia protege el patrimonio del directivo y/o alto cargo empresarial, por ese motivo nunca he entendido que ante la dificultad económica el empresario deje de pagar el seguro de D&O o cancele cobertura.
Según datos públicos en el año 2012 se instarón 7.540 concursos de acreedores y hasta Noviembre de 2.013 llevamos 8.610 empresas acogidas a la situación concursal, por lo que tenemos como mínimo ese mismo numero de directivos en situación de peligro frente a su patrimonio personal.
En 2012 menos del 5% de las empresas que entrarón en situación concursal tenian seguro de D&O, una de cada tres empresas con seguro de D&O ha sufrido a alguna reclamación con especial relevancia en el sector de la construcción y financiero con más de siete empresas de cada diez. El 75% del coste siniestral de las aseguradoras son los gastos de defensa, la mayoria de las reclamaciones rechazadas por las aseguradoras tienen como base una conducta dolosa del asegurado como delitos societarios, falsedad en las cuentas, administración desleal. Las reclamaciones a las personas aumentan vertiginosamente siendo el CEO la persona reclamada en un 75%. En el futuro código mercantil se avecinan más responsabilidades, mayor exigencia y mayores sanciones a los administradores sociales.
Mi consejo a cualquier persona que forme parte del equipo directivo o alto cargo de cualquier empresa, es que reflexionen sobre la necesidad de contratar este seguro, y de mantenerlo una vez contratado y a los mediadores que hagan ver las coberturas de este tipo de seguros, ya que no me gustaría ver a Directivos y Altos Cargos, gritar “….A LAS BARRICADAS, A LAS BARRICADAS…” para defender su patrimonio, ante un posible error u omisión.