Escribe: José Luis Latorre
Cuando Carlos me pidió que escribiese un artículo no relacionado con el seguro y abriendo una nueva sección, pensé…: ¿de qué voy a hablar? Pensé en multitud de temas, iba por la calle y miraba lo que a la gente le interesaba o preocupaba. Y no acababa de encontrar el tema, con el que sentirme satisfecho de iniciar la sección, por lo decidí escribir algo que nos hiciese reflexionar a todos, por ello quiero presentaros a mi vecino más especial, se trata de Enrique.
Enrique es un gran lector, se pasa el día enfrente de la biblioteca municipal, tiene entre 55 y 60 años, todo el barrio le conoce, es una persona tranquila y apacible, lleva una mochila siempre con una raqueta de Bádminton, con la que a veces juega con algún amigo en el parque enfrente de la Sagrada Familia, Enrique es una persona muy especial, es querido por todos los comerciantes y por la gente del mercado municipal del barrio, Enrique es mí vecino.
Estamos siendo masacrados por una crisis como no somos capaces de recordar otra, abrimos la conversaciones de negocios, con expresiones como “ …Con la que está cayendo…” y lo hablamos con total normalidad, nos hemos habituado a ello, mi teoría al respecto es que nos pasa algo parecido como cuando rebasamos el umbral del dolor y sufrimiento, que una vez superado dejamos de sentir. En la Televisión, radio y prensa escrita ya no es noticia de portada pero sigue siendo tema de tertulias y debates, lo vemos en Televisión y lo vemos en la calle…
¿Lo vemos en la calle…? ¿O miramos hacia otro lado?
“Donde hay justicia no hay pobreza” Confucio
Miramos, que no vemos, en la calle gente que sufre, que no tiene donde vivir, ni que comer; o viven y comen de la beneficencia…Que están a nuestro lado y les ignoramos, o nos molestan cuando se acercan y les vemos, gente que son como tú y como yo, seres humanos. Uno de ellos, una de esas miles de personas es Enrique. Enrique vive en un banco durante el día enfrente de la biblioteca, fuma en pipa, devora libros, juega con los niños y los perros que se le acercan y duerme en su coche en mí parking, a unos coches de mi plaza, Enrique cada noche se mete en un Peugeot 205 marrón, que ya no puede salir de la plaza…lleno de cosas, embargado según me dice y duerme…, el propietario del parking le deja dormir y asearse diariamente gratis. Los comerciantes vecinos le traen comida cada día, Enrique vivía en uno de los pisos del Barrio, es un hombre normal que tuvo un golpe de mala suerte, se quedó sin trabajo, sin piso en la calle, la mujer le abandonó y no tiene hijos; pero tiene muchos amigos en el Barrio y todos le ayudan, porta una barba bien cuidada, aseado, se viste y come en la parroquia, cualquiera puede hacer amistad con Enrique, no mendiga y si alguien del Barrio necesita algo de él se lo pide, y si quieren le dan la “voluntad”. Tiene mucha conversación, no está viajado, pero si muy versado, es un tipo encantador que si aún tuviese su piso sería el presidente de la comunidad permanente, por su afán de ayudar al prójimo, yo le miro y le veo, a veces me siento en un banco…a distancia, le veo actuar… os encantaría.
A veces desaparece unos días o semanas y pregunto al guardia del parking por él y me dice está ingresado o ha ido a visitar a un amigo.
Vemos en la calle gente como Enrique, que sufre, que no tiene donde vivir, ni que comer, o viven y comen de la beneficencia…que están a nuestro lado, les ignoramos o nos molestan cuando se acercan o les vemos. Seres humanos que se nos han vuelto invisibles, que el paso del tiempo sólo tiene como fin alargar su soledad agónica, gente sin recursos en cualquiera de nuestras ciudades, un inframundo en nuestro Mundo.
Es sabido que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor…y pienso que esta es una de nuestras características como especie, no conozco animales que sean capaces de comportarse como el ser humano, los animales matan para alimentarse o por su territorio, nosotros matamos hasta por codicia. Hemos perdido la brújula de nuestro destino, no sabemos si hemos de ir al norte o al sur, si subir o bajar, y lo peor es que tampoco nos importa, nos hemos adaptado al medio, seguimos en manada sin mirar a nuestros lados, avanzando hacia no sabemos muy bien donde.
“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo” Alexei Tolstoi
Hemos perdido el rumbo que nos hizo ser la especie que ha dominado la tierra estos últimos miles de años, hemos perdido la fe en el hombre, navegamos como un barco sin rumbo, en una crisis sin precedentes; seres humanos mueren diariamente intentando alcanzar un sueño inalcanzable y los que llegan a su “Dorado” sólo se pueden sentar al lado de Enrique. Ya los muertos ni tan siquiera son noticia si no son decenas.
Cuando miro a Enrique pienso que aún es posible cambiar y tomar el rumbo adecuado, que la sociedad se puede movilizar y que los políticos se dejarán arrastrar, la “casta” política no es capaz de liderar ya nada, han perdido la credibilidad, pero las personas podemos romper esta crisis con pequeños gestos, gestos de acercamiento y humanidad gestos de amor, en una sociedad en que el amor se demuestra a oscuras y el odio en público.
“Es imposible encontrar grandeza, allí donde no hay sencillez” León Tolstoi
Tenemos un problema y nuestro problemas tiene nombre y apellido se llama “Crisis de valores”… la crisis pasará, pasará la financiera e inmobiliaria, pero sólo nosotros tenemos en nuestra mano acabar con la crisis de valores, ya que “El único capaz de salvar a un ser humano es otro ser humano”
“Quién salva una vida salva a toda la humanidad” Talmud ( Libro sagrado judío )
Nuestro recuerdo hacia los que en un último acto de desespero, se quitaron la vida al perderlo todo, duró lo que el grito de la caída. Enrique es un valiente, Enrique lo ha perdido todo… ¿Todo? No, la valentía de seguir luchando, el orgullo de ser como es, su integridad, la voluntad de ayudar a otros que están peor que él y de seguir luchando con su derrota y su hundimiento, esa valentía la sigue teniendo.
Todos tenemos hijos, sobrinos, nietos, hermanos más jóvenes, que tendrán hijos a los que si no les cuidamos el presente, este será su futuro:
“Los malos tiempos tienen siempre un gran valor: la capacidad de enseñanza”. Ralph Waldo Emerson
Hoy no he visto a Enrique el día amenazaba lluvia y cuando llueve busca otros cobijos… Como seres humanos que somos, siempre tenemos motivos para la esperanza y espero un día poder decir sobre esta crisis de valores, “Que tanta paz lleves, como descanso dejas”
“No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma” Jiddu Krishnamurti
Este relato es verídico y lo único cambiado es el nombre.
José Luis Latorre
@jllatorref