José Antonio Iglesias, Director de Marketing y desarrollo de negocio de VidaCaixa
El pasado 9 de abril, VidaCaixa y el IESE presentaron el estudio “Impacto de las pensiones en la mujer. Jubilación y calidad de Vida» en Barcelona, y que analiza las necesidades de las personas y de las familias, con especial énfasis en la situación de las mujeres, estudiando fórmulas que permitan mantener su poder adquisitivo tras la vida laboral activa.
Los ciudadanos españoles, una vez alcanzamos la edad de jubilación, tenemos una media de 20 años para disfrutar de esta nueva etapa. En ningún otro momento de la historia las personas hemos podido disponer de todo este tiempo para vivir plenamente este nuevo período en el que se tendrá más libertad, bienestar físico y mental y menos responsabilidades.
Ante esta situación y, para alcanzar esta fase con todas las garantías económicas, es necesario haber desarrollado un buen plan de ahorro. En este sentido, el estudio señala que las mujeres tienen un mayor riesgo de pobreza durante la jubilación debido a que cobran menos sueldos. El salario femenino supone, en media, un 77% del salario masculino, lo que conlleva desigualdades en las futuras prestaciones de jubilación. Este hecho agrava la situación de la mujer. De hecho, cuando llega el momento de la jubilación, la pensión media de los hombres es de 1.067 euros, mientras que la de las mujeres es de 659 euros un 38% inferior, con el consiguiente riesgo de empobrecimiento.
Los motivos principales son que las mujeres aportan menos a planes de pensiones, reciben menos prestaciones públicas y privadas y tienen una mayor esperanza de vida que los hombres.
A estos datos hay que incluir que los hombres han trabajado una media de 43,4 años, mientras que las mujeres sólo lo han hecho de forma remunerada un promedio de 12,8 años, la cifra más baja de Europa.
Otro apunte del estudio es que la aportación media a un plan de pensiones privado es de 2.156 euros en los hombres y de 1.798 euros en las mujeres. En todos los tramos de edad, la aportación media del hombre es superior a la de la mujer. Si centramos los datos a los que más cerca están de la jubilación, la aportación media de un hombre entre los 50 y los 65 años, a su plan de pensiones privado es un 21% superior al de la mujer en esa misma franja de edad.
Cómo mantener la calidad de vida durante la jubilación
La variable más importante del ahorro a largo plazo es el tiempo, con lo que si se inicia tarde resultará más complicado conseguir los objetivos, y hacerlo con suficiente antelación beneficiará mantener nuestra calidad de vida en la jubilación para que el poder adquisitivo no se resienta.
El estudio defiende la necesidad de buscar fórmulas que permitan complementar la pensión de manera compartida entre el Estado, la empresa y el trabajador. Para ello se destacan 10 medidas para garantizar los ingresos necesarios para la jubilación, de modo que los mayores disfruten de mayor autonomía económica y un nivel de vida digno:
- Informar de la situación real de la futura pensión.
- No dejar nuestro futuro sólo en manos del Estado: concienciar de la responsabilidad personal de conservar y mantener la propia calidad de vida.
- Complementar la pensión que facilita el Estado desde el inicio de la vida laboral.
- Planificar la propia jubilación, en especial las mujeres que interrumpen su trayectoria laboral por el cuidado de hijos y dependientes.
- Que el Estado aporte la cotización de jubilación de las mujeres en caso de excedencia o, parcialmente, en casos de reducciones de jornada mientras éstas permanezcan al cuidado de los hijos más pequeños o de mayores dependientes.
- Que el tiempo dedicado a la atención de los hijos hasta 12 años y a familiares dependientes compute como tiempo cotizado a la Seguridad Social para poder recibir la pensión de jubilación.
- Desgravación fiscal del coste de los cuidadores familiares, guarderías y otros gastos asociados a la familia, siempre que esta cantidad se destine a ahorro para la pensión.
- Desgravación fiscal de la renta familiar de las aportaciones de ahorro para la jubilación del padre o de la madre mientras permanezcan al cuidado de los hijos más pequeños o mayores dependientes.
- Revisar la pensión de viudedad para no cotizantes, ya que el cónyuge viudo va a seguir soportando más del 50% de los costes fijos de la anterior situación.
- Fomentar y educar a los jóvenes en la cultura del ahorro finalista, a largo plazo.
Finalmente, un dato que debe contribuir a fomentar el ahorro entre las mujeres es que mientras un 65% de los hombres, entre 65 y 74 años, sufre alguna enfermedad o problema de salud crónico, las mujeres que los padecen son el 71%. Por tanto, son ellas quienes tienen mayores posibilidades de acabar como dependientes y caer en niveles de pobreza si no se toman las medidas adecuadas.
En el siguiente vídeo se explica desde cuando es recomendable empezar a ahorrar para mantener la calidad de vida durante la jubilación.