César García, Director de Publicaciones de COI
Este verano en términos absolutos de fallecimientos en la carretera ha sido el mejor desde el año 1960, el primero del que hay estadísticas.
El numero de finados en verano, con la operación salida y operación retorno, ha sido de 223 personas. No obstante, es verdad que el comportamiento acumulado comparado con el año anterior, estamos un 1% por encima. Desde el Ministerio del Interior se entiende que es una cifra para felicitarnos todos, pues con 31 millones de vehículos, 26 millones de conductores y 65 millones de turistas, tener menos fallecidos que en 1960, es meritorio.
No obstante, según aparece en la noticia referenciada, el foco del control por parte de la DGT se pondrá en las furgonetas de reparto para reducir la siniestralidad.
Ante lo que algunas asociaciones han puesto de manifiesto sobre que el origen de muchos accidentes está en el mal estado de las vías públicas, desde el Ministerio se relativiza tal impacto, al indicar que según sus estadísticas, apenas el 3% de los accidentes se deben a tal factor.
Está claro que un muerto ya es mucho, máxime si es por razones evitables, como son los de tráfico, pero no hemos de caer en la autocomplacencia ministerial ni colectiva, ni echar balones fuera, pues, detrás de un accidente mortal, hay una confluencia de varios factores, siendo todos potencialmente determinantes por igual.