Escribe, Dario Spata, CEO de Iberian Insurance Group
No deja de resultar curiosa la enorme cantidad de estudios y análisis dedicados al seguro de D&O que, sin embargo, no ha logrado un mayor conocimiento entre los potenciales clientes del mismo.
Resulta que en España existen más de un millón de sociedades anónimas y limitadas, pero sólo unas 50.000 cuentan con pólizas de D&O. Aunque el dato no puede ser exacto, puesto que las pólizas de D&O cubren normalmente a todas las sociedades de un mismo grupo, está claro que el nivel de contratación es muy reducido.
Si salimos a la calle a preguntarles a los empresarios qué es un seguro de D&O, casi la mitad no conoce siquiera su existencia.
Sin embargo, si a esas mismas personas les preguntamos si ser administrador, directivo o consejero en sus empresas conlleva algún riesgo, la inmensa mayoría responderá tajantemente que sí. Incluso muchos han tenido experiencias con algún tipo de reclamación y conocen casos cercanos de las consecuencias de dichas responsabilidades.
Visto el panorama, ¿por qué no se preocupan de proteger convenientemente su importante actividad?
Cualquier comercial sin experiencia que comienza a trabajar en una correduría de seguros para empresas, al oír hablar de este seguro, se le abre un abanico infinito de empresas a las que ofrecérselo. A diferencia de otras pólizas, en este caso todos los sectores necesitan su contratación.
El problema es que una vez que descuelga el teléfono y se ofrece, la respuesta generalizada en las PYMES españolas es, por un lado, el ya mencionado desconocimiento, y, por otro, el coste. Resulta que una prima mínima de 500 – 600€ unida al resto de pólizas ya contratadas (generalmente multirriesgos y autos) es un coste elevado para un producto que sigue resultando desconocido.
Los directivos españoles son conscientes del riesgo que conlleva su puesto, pero valoramos más un coche de empresa o un seguro de salud antes que cubrir nuestras responsabilidades y riesgos de ser administrador. Si lo comparamos con EEUU, después del salario el seguro de D&O es lo más valorado.
Este último dato quizá pueda ser uno de los más importantes a la hora de explicar la baja contratación y el desconocimiento del seguro. Parece que valoramos mejor y más rápido lo tangible, como es conducir un buen coche que no pagamos nosotros mismos, o ir al médico privado cada vez que lo necesitamos. La póliza de D&O no nos mejora el día a día, está claro, pero sí que nos salvaría la vida económicamente hablando.
Con esto no queremos decir que no sean importantes el coche, la póliza de salud o un plan de jubilación, ni mucho menos. Claro que lo son. Pero no debemos anteponerlos sobre una póliza que, aunque nunca tengamos que hacer uso de ella, puede hacer que la actividad del directivo, aun siendo estresante, sea un poco más tranquila.
Mucho camino por recorrer, pero andándolo con firmeza
Todos los indicadores nos dicen que es el seguro que más crece, donde más recorrido hay. Sin embargo y por razones antes expuestas, cierto tipo de empresa aun no lo ve primordial. ¿Cómo podemos cambiar esta tendencia?
Tenemos que ir a la persona que realmente lo necesita. Los cargos más reclamados son, por orden, el CEO, el CFO, presidentes y directores generales. Son ellos los que deben ser conscientes de sus responsabilidades.
Una opción que cada vez se está extendiendo más en el mercado es ofrecer esta protección en las pólizas principales de las empresas como una cobertura optativa y no en una póliza aparte. Con esto conseguimos que los actores anteriores estén cubiertos a un menor coste. La principal desventaja de esta opción es el límite agregado anual para el conjunto de coberturas, donde las específicas de D&O estarán limitadas y no contarán con un límite de indemnización exclusivo para dichas reclamaciones, sino que dependerá del resto de coberturas y del capital disponible.
No obstante, es un primer gran paso cubrir la responsabilidad, aunque sea de esta última manera. Para las PYMES puede ser una buena alternativa a un precio aceptable. Si hablamos de grandes empresas, podemos decir que el porcentaje de contratación es cercano al 100%, por lo que no es una solución.
En nuestro caso, hemos ofrecido a más del 10% de nuestros asegurados la cobertura de D&O como optativa dentro de la póliza principal de RC Profesional. En todos los casos hablamos de pequeñas empresas que no consideran, de momento, la contratación individual, pero sí valoran positivamente esta nueva forma de cubrir el riesgo. Es nuestro granito de arena en el fomento del conocimiento dentro de las PYMES.
Debemos seguir apostando por un producto que es necesario y además posee una innegable calidad. Estamos en mitad del camino de baldosas amarillas, es cierto, pero poco a poco ya se va vislumbrando el reino de Oz.