[vc_row][vc_column][ad id=»26553″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]José Iribas, Director de Expansión Académica de UNIR y colaborador en la Fundación Atresmedia como experto en Formación Profesional.
La formación profesional imprescindible para la creación de empleo y el crecimiento sostenido.
La Comisión Europea adoptó el pasado 10 de junio una Nueva Agenda de las Capacidades para Europa. Pretende, con ella, contribuir a su primera prioridad política: un nuevo impulso para el empleo, el crecimiento y la inversión.
No hace falta subrayar que, si tales objetivos son importantes para la UE en su conjunto, para nuestro país (no hay que ver más que los niveles de paro juvenil) constituyen todo un imperativo: son imprescindibles.
Uno de los propósitos específicos de la Nueva Agenda es el de “hacer de la educación y la formación profesionales (EFP) una primera opción, fomentando que los estudiantes de EFP tengan oportunidades de adquirir experiencia laboral y dando más visibilidad a las salidas que ofrece la EFP”.
Una nueva época
El cambio de época en el que ya estamos inmersos, en el marco de lo que viene en denominarse la cuarta revolución industrial, hace imprescindible una mayor competitividad. Ésta ha de basarse de manera relevante en la formación competente y especializada de las personas.
Cualquiera que conozca mínimamente la realidad española es consciente de que estamos por debajo de lo que son nuestras necesidades de puestos técnicos o de cualificación intermedia. Y de que precisamos y precisaremos no solo más en cantidad, sino que estén dotados de flexibilidad en sus competencias para prestar servicios, crear productos u ocupar puestos de trabajo que en estos momentos ni siquiera existen.
De cómo potenciemos, mejoremos y pongamos en valor nuestra Formación Profesional depende una buena parte del futuro de nuestra sociedad. Y esto no es literatura.
Conoces lo de que “la unión hace la fuerza”
Nuestro país atraviesa una situación política, económica y social objetivamente compleja.
Tenemos, por fin, un gobierno -que debe saberse en minoría y estar abierto a pactos-.
También unos grupos parlamentarios que, desde las Cortes Generales, han de comenzar ya en serio su tarea de impulso y control de la acción de aquél, su labor legislativa y en breve plazo el debate y aprobación de unos próximos Presupuestos Generales del Estado.
Gobierno y grupos parlamentarios deben trabajar por el bien común. Uno y otros han de anteponer realmente -con hechos, no bastan las frases- los intereses generales a otros meramente partidistas, por legítimos que estos puedan ser. Buscar y descubrir espacios de encuentro.
Y es aquí donde quiero apelar (y precisamente me refiero a la Formación Profesional) a la necesidad de un gran pacto de Estado en lo que a aquella respecta. Un pacto político y social que ha de ayudarnos a darle el gran impulso que merece y necesita nuestra FP.
Siempre, también cuando era consejero de Educación del Gobierno de Navarra, he apostado por alcanzar un gran pacto educativo. Ojalá se logre. Pero no soy ningún ingenuo y, por ello, soy consciente de las dificultades -fundamentalmente ideológicas, políticas- que pueden cruzarse en el camino.
Sin embargo, considero que es mucho más viable -y no menos importante- alcanzar un gran acuerdo en el ámbito de la FP. Y esa es mi apelación, esa es mi apuesta.
Un gran Pacto de Estado para la FP
En ese pacto, obviamente, habrán de estar las instituciones: las del gobierno central y las de las CCAA, con sus diversas administraciones: las educativas y las del ámbito del empleo. Y habrá que contar, cómo no, con los centros educativos (con sus profesionales), con los estudiantes y sus familias y, desde luego también, con los agentes económicos y sociales (confederaciones, federaciones y asociaciones empresariales, cámaras de comercio, sindicatos…).
La voz de las empresas -también la de las pymes, lo subrayo- es relevante. Más si cabe ahora que a la Formación en Centros de Trabajo se ha añadido una oferta -aún escasa por reciente- de FP Dual.
Todos los actores han de proponer, desde sus respectivas visiones y experiencias y de modo participativo, líneas de actuación y de mejora de cara a un objetivo común: potenciar nuestra Formación Profesional.
Ello aportará un claro valor añadido a quienes la cursan, a quienes les emplean y, en definitiva, al conjunto de nuestra sociedad.
Necesitamos favorecer, entre todos, la creación de más y mejor empleo, también desde la FP, y un mayor crecimiento e inversión. No esperemos más.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_grid post_type=»ids» element_width=»6″ grid_id=»vc_gid:1478463686055-6822ce01-8695-9″ include=»26861, 26482″][/vc_column][/vc_row]