[vc_row][vc_column][vc_separator border_width=»4″][ad id=»29272″][vc_separator border_width=»4″][vc_column_text]
[divide color=»#cec7c7″]
Sobre el autor, Guillermo Dorronsoro, que intervendrá en el IV Foro MIE, Mujer Igualdad y Emprendimiento.
Es Decano de Deusto Business School, Presidente del Centro de País Vasco de la UNESCO. Miembro del Consejo de Administración (Instituto Vasco de Competitividad, Consejo Económico y Social Vasco, Fundación ALBOAN), Miembro de las Juntas Asesoras de MET Community (Mujer, Empresa y Tecnología) y GICS (Global Jesuit Case Series)
Posee un doctorado en Ingeniería Industrial y un Máster en Planificación Urbana y País y Desarrollo Urbano.
Ha sido Director Académico de la primera edición del Máster en Innovación Empresarial (Deusto Business School – Universidad de Cambridge / Judge Business School) y ahora es profesor en Deusto Business School (Gestión de la Innovación, Globalización y Sostenibilidad, Economía)
También ha participado directamente en la creación y puesta en marcha de varias iniciativas de cooperación público-privada como el Instituto Europeo de Software, la Asociación Vasca de Cluster Energético, los Centros de Tecnología Aeroespacial y Energética del Parque Tecnológico de Miñano[/vc_column_text][vc_separator border_width=»4″][ult_buttons btn_title=»IV Foro Mujer Igualdad y Emprendimiento» btn_link=»url:http%3A%2F%2Fcommunityofinsurance.es%2Fiv-foro-mujer-igualdad-emprendimiento%2F|||» btn_align=»ubtn-center» btn_anim_effect=»ulta-skew-backward» btn_bg_color_hover=»#cccccc» btn_title_color_hover=»#dd3333″ icon_size=»32″ btn_icon_pos=»ubtn-sep-icon-at-left» btn_shadow=»shd-right» btn_shadow_color=»#dd3333″ btn_shadow_size=»10″ btn_shadow_click=»enable» enable_tooltip=»yes» tooltip_text=»18 de Mayo, Universidad de Deusto, Inscripción, agenda y ponentes» tooltip_pos=»top» btn_font_family=»font_family:Andada|font_call:Andada» btn_font_style=»font-weight:bold;» btn_font_size=»desktop:28px;tablet:24px;tablet_portrait:20px;mobile_landscape:16px;mobile:12px;»][vc_separator border_width=»4″][vc_column_text]La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad. Probablemente, no hay ninguna institución social más valorada y defendida.
Sin embargo, en su etimología porta un veneno que probablemente no conozcas. Te lo explica Wikipedia:
El término familia procede del latín famīlia, «grupo de siervos y esclavos patrimonio del jefe de la gens, a su vez derivado de famŭlus, «siervo, esclavo» (…). El término abrió su campo semántico para incluir también a la esposa e hijos del pater familias, a quien legalmente pertenecían (…)
Sin necesidad de retroceder a la antigua Roma, en su ensayo de 1869 “El sometimiento de las mujeres” el filósofo Inglés y teórico político John Stuart Mill describió la situación de las mujeres en Gran Bretaña de la siguiente manera:
«Se nos dice constantemente que la civilización y el cristianismo han devuelto a la mujer sus justos derechos. Mientras tanto, la esposa es una verdadera esclava de su marido, y no en menor medida, en lo que a las obligaciones legales, que los esclavos a los que se suele dar comúnmente nombre de tales».
Me podrás decir que, en estos últimos 150 años y gracias al proceso de emancipación de la mujer, esta realidad ha cambiado bastante, y el término familia se ha dotado de un significado diferente, y que fijarse ahora en su etimología es querer sacar de quicio las cosas. No estoy tan seguro…
Es como la palabra “empleo”, o “recursos humanos”. En su origen llevan el veneno de ver a las personas como un objeto a “usar” o “emplear” por el sistema productivo.
En las últimas décadas, familia y empleo han cambiado, y cambiarán más. Algunos elementos centrales se mantendrán, pero otros sufrirán transformaciones profundas. Quizá no sea una mala idea ir pensando en palabras nuevas, o palabras antiguas, pero que no arrastren una historia de concepciones equivocadas.
Por ejemplo, la palabra clan proviene del gaélico clann, que significa «hijo» o «descendiente«. Si nos remitimos también a la explicación de Wikipedia, vemos que esa descendencia supera el concepto estrictamente biológico, e incorpora junto a los lazos genealógicos convencionales, otros como la adopción o incluso más amplios.
El vínculo del clan puede estar tan ampliamente arraigado, que determina relaciones especiales con todas las personas del mismo, aunque estén fuera del ámbito territorial propio, incluso aunque habiten a gran distancia y nunca hayan previamente tenido contacto entre sí.
Conceptualmente, “clan” me parece un término mejor preparado para afrontar estos tiempos modernos. En los clanes celtas, además, la mujer ocupaba un papel mucho más equilibrado en todos los ámbitos, desde la organización económica, a la política o la religiosa.
Es posible que dejemos de hablar de familias, y de relacionarlas con el apellido del padre. Igual también las empresas evolucionan hacia esquemas más abiertos, y dejamos de estar atados por contrato con marcas o razones sociales. En vez de preguntarnos “¿a qué familia perteneces?” o “para qué empresa trabajas”, nos preguntemos por “cuál es tu clan”, “en qué proyectos trabajas ahora”.
[Tweet «la profundidad de una relación es su sentido, su conexión con nuestro proyecto vital»]
Condicionados por la historia, tendemos a pensar que lo contractual y lo jurídico marca la estabilidad y la profundidad de las relaciones. En ocasiones, esa rigidez perjudica más que ayuda a la familia o al empleo. Quizá tengamos que volver a aprender que realmente lo que define la profundidad de una relación es su sentido, su conexión con nuestro proyecto vital, la forma en la que nos hace vibrar.
Sin duda la forma en la que contribuye a proporcionar estabilidad a nuestra existencia es una de las variables que condicionan las relaciones. El empleo y la familia han sido los pilares de esa estabilidad, pero en su origen las dos tenían vicios que las han contaminado, y cuyas consecuencias llegan hasta hoy. Tenemos que hacernos conscientes de estos venenos, para poder cambiar las cosas: si elegimos palabras con sentido, nuestra conversación transformará el mundo.
Ya decía Benedetti,
lento pero viene
el futuro real
el mismo que inventamos
nosotros y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar
Nos toca superar miradas que hace tiempo que quedaron viejas, y ponernos las gafas de mirar un futuro diferente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]