[vc_row][vc_column][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][ad id=»33664″][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_column_text]Estamos en un momento crucial donde explosionan muchas realidades en el entorno de la Salud: el envejecimiento de la población, la digitalización, pasar del producto al servicio, la sensibilización y proactividad en los hábitos saludables y el bienestar, las nuevas expectativas de los clientes, la transversalidad de los negocios…
Si buscamos qué es la salud y el bienestar, encontramos lo siguiente:
Cuidar nuestro cuerpo es esencial para nuestro bienestar y salud. El concepto de salud tiene directa relación con este punto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de completo bienestar físico mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Entonces, busquemos ahora qué es un seguro de salud médico:
Es un contrato con una compañía de seguros de salud, por el cual se paga un costo mensual por un plan o póliza, a cambio de que la aseguradora se encargue de todo o parte de los gastos médicos. Se puede tener seguro médico a través del empleador, o se puede comprar de manera individual.
De ello parece que se abre un largo recorrido para adaptarse a la primera definición de salud y bienestar. [/vc_column_text][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_column_text]Julio ha dedicado la mayoría de su carrera a la gestión de equipos y centros de innovación en salud, tanto en organizaciones públicas como privadas, incluyendo el Centro de Innovación del Bienestar Ciudadano (I2BC) y el Observatorio de Innovación del Gobierno de Andalucía. Además, ha sido Director de tecnología y proyectos para el Hospital Universitario Carlos Haya, socio del Centre for Global eHealth Innovation de la Universidad de Toronto y promotor de redes de nodos de excelencia en eHealth en el mundo hispanohablante, speaker en varias ediciones de Insurance World Challlenges así como en el Congreso sobre Bienestar social, organizados por Community of Insurance.[/vc_column_text][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_column_text]COI. ¿Cuál es vuestra perspectiva al respecto?
JL. Bueno, en primer lugar, la definición de la OMS ha sido superada para muchos. Particularmente porque muy pocas veces podemos conseguir en algo un 100% (yo llevo gafas), entonces casi nadie alcanzaría ese estado de “completo bienestar”. La salud es, en cambio, un equilibrio dinámico que fluctúa en un ‘continuum’ más o menos estable. Si aceptáramos la clásica definición de Salud, todo el mundo estaría parcialmente “no sano”. La propia definición ya remarcaba, que ni siquiera “la ausencia de enfermedad” es suficiente para considerar a una persona como sana. Podríamos decir que mantiene una visión “negativa de la salud”, propia de su herencia asistencialista, cuando el principal problema eran las enfermedades infecto-contagiosas, y no como hoy, las degenerativas.
COI. ¿Y cuál es la alternativa?
JL. Me gustaría recordar la historia de la salutogénesis. Con base a ese “continuum” referido, un teórico de la sociología de la Salud, (Antonovsky), tras estudiar a antiguas prisioneras judías en campos de concentración Nazis, descubrió que, a pesar de las calamidades sufridas, un alto porcentaje de las supervivientes, tenían en común haber tenido un propósito para hacerlo: se había salvado su pareja, sus hijos habían huido con sus abuelos… Así, a pesar de los graves traumas vividos, se consideraban a sí mismas como personas sanas. Entonces se preguntó, ¿por qué determinadas personas consiguen mantenerse saludables a pesar de estar expuestas a tantas influencias perjudiciales?”.
A partir de la búsqueda de respuestas a cuestiones semejantes, terminó desarrollando su teoría de la “Salud Positiva”. Lo curioso del tema es que hoy día, la evidencia demuestra que las personas que manifiestan una buena “salud percibida”, presentan más tarde mejores tasas de retraso de la enfermedad, medidas ya de forma objetiva y no subjetiva. Esta es la base sobre la que se construye todo el modelo conceptual que hemos denominado QUIERO CUIDARME.
COI. Y para poder evolucionar y dar cauce a estas ideas ¿cómo estáis desde DKV abordando a un Cliente cada vez más conocedor de sus derechos, exigente, y que pide una mayor excelencia de servicio?
JL. Pues decidimos comenzar desde abajo: abordar en primer lugar la promoción de la salud como pilar básico sobre el que construir toda una nueva arquitectura.
En primer lugar, lanzamos hace algo más de un año una app gratuita y universal, llamada igualmente Quiero Cuidarme. Su base obviamente es salutogénica, -aunque se mueve en un rango que va desde 0 a 1000, adaptando los equivalentes “-s a +s” de Antonovsky. Como herramienta de autocuidado, cada persona puede gestionar los parámetros más relevantes para mantenerse sano; al tiempo que dinamizamos sus activos de salud. El seguimiento del conjunto es facilitado mediante un valor sintético, obtenido mediante algoritmos inteligentes, que conocemos como Índice de Vida Saludable (IVS).
A partir de ahí, se puede ir complementando con toda una serie de utilidades e indicadores adicionales, – tanto de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, como de resultados de atención sanitaria-, que ya de forma conjunta conforman lo que llamamos biografía personal de salud.
Hoy ya, más de 20 otras soluciones, propias y ajenas (carpeta clínica para gestión digital de documentos de salud, e-visitas mediante Digital Doctor, Receta electrónica, etc.) interactúan como un todo, conformando el nuevo ecosistema digital de salud.
COI. ¿Qué respuesta estáis teniendo a estas soluciones por parte de los clientes y qué comportamientos observáis en ellos?
JL. Hablaremos de las primeras dos experiencias. Quiero Cuidarme free, es la app de salud privada más descargada de España, más de 250.000. Pero el dato verdaderamente importante es que unas 100.000 personas la mantienen con actividad habitual; y está disponible para cualquier ciudadano, sea o no cliente de DKV.
La segunda es nuestra app para e-visitas: contacto virtual con un médico a tiempo real, mediante chat o video conferencia, y cuya asistencia está precedida de una anamnesis realizada mediante un chequeador de síntomas que, mediante un sistema de inteligencia artificial, ofrece una relación de diagnósticos más probables para cada caso concreto. Se genera así, un informe previo a la entrevista a distancia. En este caso, solo está disponible para clientes. Esta App ha tenido, en unos pocos meses, más de 25.000 descargas. La buena noticia es que un alto porcentaje de quien la usa, repite más tarde de manera ya habitual.
A partir de aquí vendrán muchas otras como Quiero Cuidarme +; Quiero Cuidarme Club; Quiero Cuidarme en casa o Quiero Cuidarme Farma…
“La forma de “auto” percibir la propia salud, como componente de tu bienestar, abre el camino hacia la convergencia de salud y bienestar en algo muy parecido a lo que la mayoría entiende por felicidad”
COI. ¿Quiénes crees que son o serán los players en el mercado del Bienestar y la Salud? Y ¿qué entiendes que abarca el Bienestar? ¿Cómo están evolucionando estas empresas?
JL. Como decía al principio, los conceptos de salud y bienestar se complementan sobre una base perceptiva. Es decir, como descubrió Antonovsky la autoconsciencia de salud es mejor predictor de enfermar que muchos otros. Esa forma de “auto” percibir la propia salud, como componente de tu bienestar, abre el camino hacia la convergencia de ambas en algo muy parecido a lo que la mayoría entenderíamos por felicidad. Es aquí donde entran el juego los llamados activos de salud: recursos personales, familiares y sociales que interactúan como como facilitadores; dando cauce a todo un nuevo cuerpo de doctrina. En consecuencia, las tradicionales funciones financieras de una aseguradora, junto con la clásica intermediación con el servicio asistencial, -una vez que el riesgo se materializa-, dejan se suficientes. Deben ser complementadas con formas más proactivas de acompañar a los clientes en el día a día. Es lo que describimos como “from payer to players” (desde pagador a jugador). Si una compañía instalada no sabe, -o quiere- entender esa nueva realidad, serán terceros emergentes los que ocupen su sitio. Por ej. el concepto de “riesgo” es muy diferente para los millenials que para la generación que les precedía. Podrían entender así, que pueden ser mejor comprendidos por emprendedores de su misma edad.
COI. En las políticas de RRHH en las empresas estamos viendo un enfoque hacia las Personas donde cobra especial importancia el “cuidar” en lugar de retener talento, la gestión de los millenials y las nuevas tecnologías… ¿qué valor puede aportar vuestra solución de cara a la consecución de estos objetivos?
JL. La primera política de recursos humanos debería pasar por la salud y el bienestar de las personas, pues representan tu principal activo. Nuestra propia empresa quiso ‘aprender practicando’; pues somos lo que llamamos una “organización lista para innovar”. De esta manera desarrollamos una plataforma (DKV & Company) que pilotamos inicialmente con nuestra propia plantilla. Eso nos permitió obtener la certificación como Empresa Saludable que gestiona AENOR. Y aprendimos mucho… tanto, que hemos incorporado esa experiencia como una oferta de acompañamiento, para que las empresas a las que aseguramos la incorporen a sus rutinas de gestión como promoción de la salud en el lugar de trabajo. Pero lo que realmente hace que una organización sea realmente saludable, no es solo motivar para que cuiden del colesterol, o que los empleados dejen de fumar (que también), sino hacer del bienestar del colectivo un verdadero propósito, alineando dicho esfuerzo con la misión de la propia compañía.
“Esa es la finalidad de nuestro Ecosistema de Salud Digital, Quiero Cuidarme: Decenas de soluciones y utilidades integradas, que trabajaban de forma sinérgica y personalizada”
COI. Cuéntanos un poco cómo desde DKV os planteáis ser el facilitador para el sector en este nuevo escenario de mercado, en el que el modelo tradicional debe evolucionar.
JL. Creemos que la complejidad de la nueva era, con miles de wareables, dispositivos IoT, sistemas de información para cada temática, apps…) será difícilmente manejable por una persona concreta como destinatario final; y no hablamos ya sólo de pacientes, sino de personas en toda su integridad. Nosotros estamos construyendo una arquitectura que les “libera” de esa responsabilidad. Hablamos de plataformas orquestadoras que unifican en unas pocas herramientas el potencial conjunto acumulado hoy día en el mercado… (y lo que vendrá). Esa es la finalidad de nuestro Ecosistema de Salud Digital, Quiero Cuidarme: Decenas de soluciones y utilidades integradas, que trabajaban de forma sinérgica y personalizada.
COI. La realidad de muchas compañías reside en la dificultad de implementar soluciones como ésta de un modo que encaje en el modelo operativo que ya existe, e incluso por restricciones legales ¿cómo desde DKV habéis superado esta barrera?
JL. Efectivamente, existen muchos condicionantes incluso legales que impiden (y es lógico), que una compañía aseguradora acceda a más datos de salud que los necesarios para cubrir los fines tasados legalmente. La propia Agencia Española de Protección de Datos se ha pronunciado con suficiente concreción al respecto: la compañía aseguradora -más allá de la declaración de salud inicial, o los controles médicos de prevención del fraude- “podrá acceder exclusivamente a aquellos datos que resulten ser adecuados, pertinentes y no excesivos para acreditar el gasto sanitario producido, que haya de ser satisfecho por la entidad aseguradora”.
Pues bien, con el fin de garantizar esa exigencia, los servicios de salud digital de DKV han sido encomendados a otra empresa de nuestro grupo, DKV-Servicios. Esta entidad, que ya era gestora de nuestros espacios de salud, mantiene dicha información inaccesible para la aseguradora, como obviamente venía haciendo ya con los datos obrantes en las historias clínicas. En este sentido, DKV Servicios es un proveedor asistencial más, sólo que en este caso, de medicina digital.
COI. Y por último, cuáles crees que van a ser los grandes retos en el ámbito del Bienestar y la Salud en los próximos años?
JL. Más allá de las propias consecuencias de la entrada de infinidad de tecnologías disruptivas (Internet de las cosas; medicina personalizada; farmacogenómica; automatización de procesos robotizada; nanobiosensores; blockchain; inteligencia artificial; analítica predictiva y prescriptiva, big-data…) veremos emerger formas muy diferentes de hacer las cosas, en gran parte como consecuencia de la puesta en valor de aquellas.
En mi opinión, hemos heredado un modelo de atención reduccionista, fruto de una larga historia y que fue consolidada por la revolución industrial. Los hospitales fueron concebidos para episodios agudos, y el buen hacer casi se limitaba a: ¿Se ha salvado o no?
Pero esta forma de entender la salud hoy ya no es suficiente. Deberemos evolucionar hacia un nuevo enfoque sistémico, dónde cada persona sea realmente el epicentro en torno al que se aglutinen el resto de actores de forma cooperativa. Sus características serán: Complementariedad -funcional-; Interoperabilidad -estructural e institucional-; Integralidad -dimensional-); Ubicuidad – (témporo-espacial)- y Efectividad (desde la actividad al valor). Esta nueva arquitectura conceptual será la que soporte la construcción de un nuevo marco de relación, que hemos denominado como La Salud Desfragmentada.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]