Por Isidre Martínez Ivars, Socio-Director Global Actuarial. Co-autor del informe.
No estamos en una crisis convencional, y eso ha puesto en evidencia la necesidad de un nuevo liderazgo, un liderazgo que nace de la comprensión profunda de la situación del otro.
El frenazo de la economía a nivel global afectará a unas compañías más que a otras. Aquellas que sean capaces de tomar decisiones acertadas de forma rápida llevarán la delantera en un mercado donde otras muchas compañías van a desaparecer. En este proceso de toma de decisiones se van a ver afectadas todas las áreas de una compañía, desde marketing a operaciones, pasando por supuesto por recursos humanos. De todas ellas se esperan decisiones rápidas y acertadas.
«No estamos en una crisis convencional, y eso ha puesto en evidencia la necesidad de un nuevo liderazgo, un liderazgo que nace de la comprensión profunda de la situación del otro»
Esta situación ha cambiado el futuro del trabajo para siempre, acelerando una transformación prevista a cinco años vista y que ha afectado, de la noche a la mañana, a todo tipo de organizaciones, desde las más poderosas, a las pymes e incluso a los propios individuos.
Por todo ello, es más importante que nunca, no sólo invertir en la última tecnología, sino también en las habilidades de nuestros profesionales, ya que su agilidad y capacidad de adaptación al cambio serán lo que impulse nuestro futuro.
En situaciones de crisis es cuando se ve al verdadero líder. La comunicación, la colaboración, la transparencia y la innovación son palancas esenciales que necesitan ahora las organizaciones. Adicionalmente existen dos aspectos que cobran cada vez más importancia y serán críticos: la gestión de la incertidumbre y el aprendizaje continuo. Nos movemos en un entorno cada vez más cambiante, complejo e incierto y necesitamos personas que sean capaces de mirar con optimismo al futuro y generar oportunidades en entornos de cambio.
En todas las crisis globales, ya sean económicas o sanitarias –como es ésta última–, se producen dos hechos antagónicos. Por un lado, se destruye empleo a un ritmo elevadísimo y, por otro, se incrementa la necesidad de mantener motivado y gestionar de manera efectiva al mejor talento.
A esta tremenda realidad que nos golpea, se une un tercer factor no menos crítico. Nos encontramos en medio de un proceso de transformación post-industrial: la era digital. Lo que se suma a la dificultad de muchos profesionales para hacerse un hueco en el nuevo mercado laboral.
El Covid19 pone de relieve que la digitalización exprés y la adopción generalizada del trabajo en remoto a raíz del confinamiento han provocado una preocupación creciente entre los profesionales por mantener una formación continuada que les permita tener éxito en la nueva normalidad.
Hoy en día, el 71 % de los profesionales españoles creen que es el momento de formarse para competir mejor, desarrollar su marca personal, y estar mejor preparados para afrontar los retos que propone el nuevo entorno laboral. Entre los motivos de este cambio de mentalidad se encuentran la inestabilidad laboral y las nuevas formas de trabajar que ha traído consigo esta situación de pandemia y que se han instalado de forma generalizada en las empresas.
«El cambio no solo vendrá por la tecnología, sino también por la forma en la que nos organizamos nosotros mismos. Todos tenemos que ganar en autonomía y responsabilidad, saber organizar nuestras prioridades en el corto y medio plazo, mantener el espíritu de equipo, la cooperación y la motivación en la distancia».
Cambios en los modelos organizativos
«Sobre las destrezas que se van a demandar en las empresas tras la pandemia, se dividirán en dos: Las competencias técnicas ylas denominadas soft skills, serán clave para el desarrollo y evolución de las organizaciones»
El cambio no solo vendrá por la tecnología, sino también por la forma en la que nos organizamos nosotros mismos. Todos tenemos que ganar en autonomía y responsabilidad, saber organizar nuestras prioridades en el corto y medio plazo, mantener el espíritu de equipo, la cooperación y la motivación en la distancia.
Es previsible también una modificación en las estructuras de las empresas. En el mundo VUCA que vivimos, y en plena Cuarta Revolución Industrial, se hablaba ya de estructuras más líquidas, más flexibles, con equipos multidisciplinares trabajando de forma transversal en proyectos de innovación, de anticipación o de rápida adaptación para ganar en eficacia y competitividad.
La gestión del talento y del cambio va a demandar centrarse en el desarrollo de ciertas competencias. Habrá que buscar y desarrollar los perfiles más deseados y, al mismo tiempo, trabajar en la adaptación de perfiles que ya están en la organización, pero cuyas funciones se están viendo afectadas.
El ámbito de la formación y el desarrollo también jugará un papel determinante en esta transformación del mundo del trabajo. “Trabajamos ya desde hace años en el desarrollo de herramientas formativas online que permiten una auto gestión de nuestra formación. A partir de ahora estas herramientas se verán reforzadas por métodos de aprendizaje presenciales vía canales de comunicación digitales y la adquisición de nuevas competencias y el reskilling van a ser claramente prioritarios.
Sobre las destrezas que se van a demandar en las empresas tras la pandemia, se dividirán en dos. Las competencias técnicas permitirán a los profesionales estar alineados con la evolución de las tecnologías, los canales y las formas de comunicación con los clientes y consumidores, y, por otro lado, las denominadas soft skills, serán clave para el desarrollo y evolución de las organizaciones.
Entre las de mayor importancia, se necesitan personas con una gran capacidad de adaptación ante escenarios cambiantes y dinámicos, que sean autónomos en su día
a día y que sean capaces de auto-motivarse y motivar al equipo.
A nivel de competencias blandas, la experta también resalta el valor de otras habilidades como el inconformismo, el espíritu crítico y la capacidad de innovación, así como la generosidad, el espíritu de equipo y la capacidad de comunicación.