La incorporación de profesionales STEM en la gestión aseguradora, además de presentar un reto muy particular de retención del talento, también plantea otro reto en materia de igualdad.
Es un lugar común pero, por otra parte, completamente cierto, que el sector asegurador no tiene demasiado problema en retener talento; pero sí en captarlo. El seguro es una industria atractiva y llena de oportunidades; esto es algo que todo aquél que trabaja o ha trabajado en seguros sabe y admite; pero que, sin embargo, ya no es tan conocido por esas personas que todavía están reflexionando sobre su futuro profesional.
Este problema, como digo estructural y de larga tradición por así decirlo, se le une ahora otro reto añadido, que es el de la captación del talento relacionado con la digitalización y la nueva era de los datos. La información personal y colectiva se ha convertido en la commodity más valiosa del siglo XXI. Lo es para toda la actividad económica en general, pero, ¿cómo no iba a serlo para un sector cuya esencia es, precisamente, el conocimiento y estudio de los datos? El seguro se enfrenta al reto de obtener el máximo beneficio de la gestión de los datos que le ofrece la tecnología. Para ello, las entidades necesitan reforzar la presencia de profesionales provenientes de carreras científicas, tecnológicas, ingenierías y matemáticas (las llamadas disciplinas STEM, en inglés) en sus, ya de por sí, multidisciplinares plantillas.
La incorporación de profesionales STEM en la gestión aseguradora, además de presentar un reto muy particular de retención del talento, también plantea otro reto en materia de igualdad. Las estadísticas de personal del sector asegurador indican con claridad que los departamentos STEM de las entidades son, con evidencia, aquéllos en los que hoy es constatable una penetración menor de la mujer trabajadora y, muy particularmente, de la mujer ejecutiva y directiva. A decir verdad, en esto la industria del seguro no hace sino reproducir un patrón que viene dándose en el propio sector educativo, pues las carreras STEM muestran, tradicionalmente, un marcado sesgo masculino.
No obstante, esta realidad se está corrigiendo muy rápidamente, conforme más mujeres se matriculan en estas titulaciones. El sector asegurador debe ser parte de esta corrección y, por eso, es de esperar que la incorporación de las mujeres con titulaciones STEM se incremente en los próximos años, lo cual contribuirá a eliminar el desfase existente hoy.
Además, nuestra industria favorece la presencia de la mujer en puestos de decisión a través de redes profesionales, como la Red Empower Women in Insurance (Red EWI). En la actualidad ellas ostentan el 30% de los puestos directivos del seguro. Las entidades participantes en esta iniciativa se han comprometido a seguir avanzando y alcanzar una ratio de un 40% de mujeres directivas antes de que finalice la década. Es previsible que algunas coronen esta cota incluso antes. El pasado año, un 40% de las nuevas incorporaciones a los comités de dirección y a consejos de administración fueron mujeres.
Con el fin de poner en valor el trabajo en el sector asegurador y atraer talento, UNESPA creó hace unos años la página web Un futuro asegurado. Este portal pone de relevancia las ventajas de hacer una carrera profesional en el seguro y, para facilitar postularse a cualquier oferta de trabajo del sector, incluye un directorio de los portales de empleo de las aseguradoras presentes en España.
En el marco de Un futuro asegurado, UNESPA participa con otras instituciones del sector asegurador (asociaciones de mediadores, actuarios…) en la promoción de la formación profesional dual especializada en seguros. La creciente sofisticación de la gestión empresarial requiere que todos los escalafones de la organización dispongan de una instrucción adecuada. En el curso 2022-2023, será posible cursar esta titulación en nueve institutos repartidos por Cataluña, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana.
La atracción de talento constituye un gran reto para el sector asegurador. Pero es un reto cuya consecución promete generar nuevas fuentes de valor añadido en nuestra industria. Contar con los mejores nos permitirá perfeccionar la oferta aseguradora, nuestra cercanía con el cliente y atender sus necesidades. Para ello, es crítico que entidades y distribuidores incrementen su capacidad de captación de personas talentosas y capacitadas, conscientes de que esta vez operan en un entorno en el que han de competir con operadores de otros sectores económicos. El esfuerzo, por lo tanto, es relevante; pero los resultados sin duda merecen la pena.
