19 de octubre, Día Mundial contra el Cáncer de Mama
· Aunque las pacientes con cáncer de mama cuentan con más recursos durante la enfermedad y la supervivencia ha aumentado, sigue faltando apoyo para las supervivientes.
· El acompañamiento emocional, la asesoría psicológica, la terapia de rehabilitación física y la recuperación de las actividades de ocio son recursos valiosos para ayudar a las personas que superan un cáncer de mama a abordar las secuelas físicas y emocionales tras pasar la enfermedad.
Al finalizar el tratamiento de cáncer de mama y obtener resultados positivos, la mayor parte de las mujeres se sienten aliviadas; no obstante, también puede ser un momento de incertidumbre y preocupación ya que, tras superar un cáncer de mama, comienza un proceso complejo que trae consigo secuelas físicas y psicológicas significativas. Falta de confianza, dolores físicos, ansiedad y depresión, el miedo a la recaída, los cambios en las relaciones personales, la fatiga constante durante años o menopausia son algunas de las secuelas más frecuentes.
Este año, se estima que se diagnosticarán más de 35.000 casos nuevos de cáncer de mama, así como indica la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), situándose como el segundo cáncer más frecuente en la población general y el primero más frecuente entre mujeres. Sin embargo, en las últimas décadas, la supervivencia a este tumor ha aumentado considerablemente y, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el objetivo es que para 2030 el 70% de los pacientes supere este cáncer. Y, aunque la sociedad está cada vez más concienciada en la prevención y el diagnóstico temprano de este tumor y cada vez hay más recursos para sobrellevar el cáncer de la mejor manera posible, todavía queda mucho que recorrer en el apoyo de las pacientes una vez lo superan.
“Al igual que durante la enfermedad se trata cada vez más desde una forma más cercana, humana y empática, tenemos que trasladar este apoyo a las pacientes que la superan. Para la mayoría de los pacientes, el diagnostico de un cáncer supone un alto en su vida, tanto en ese momento como después. El temor a una recaída y las secuelas físicas hacen que, una vez superada esta enfermedad, siga afectando al día a día. A esto se suma la incomprensión del entorno que, muchas veces, no entiende que la persona pueda estar mal si ya “ha pasado lo peor”. Apoyar a las supervivientes de cáncer de mama es un proceso continuo que puede marcar una diferencia significativa en su bienestar y calidad de vida a medida que avanzan en su nueva etapa de vida después del cáncer.”, así como señala María Sánchez, e-Health Manager de Cigna Healthcare en España.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, desde Cigna Healthcare detallan la importancia de seguir apoyando a las supervivientes del cáncer de mama y los recursos que pueden emplear para esta nueva etapa a la que se enfrentan:
- Formar parte de un entorno donde compartir los miedos. Desde el primer día, el diagnóstico del cáncer de mama trae consigo múltiples preocupaciones y, en la mayoría de los casos, estas secuelas emocionales permanecen incluso una vez superado el cáncer. Además, esta enfermedad puede afectar las relaciones personales, ya sea debido a la carga emocional que conlleva o a cambios en la dinámica familiar. Esta situación puede generar ansiedad y requerir apoyo emocional continuo. Es clave compartir los miedos e inseguridades con familiares y amigos y no minimizar el dolor tanto emocional como físico que se experimenta. En este sentido, formar parte de una comunidad de otras supervivientes brinda la oportunidad de compartir experiencias, consejos y apoyo mutuo y reducir, de este modo, el aislamiento y la sensación de soledad.
- Buscar y mantener el apoyo psicológico. El diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama pueden tener un impacto duradero en la salud mental, generando estrés, ansiedad o depresión. El miedo a una recaída o desarrollar una metástasis es una preocupación común entre las supervivientes de cáncer de mama. Así, la vuelta a la “normalidad” supone un reto para muchas pacientes y, de hecho, 1 de cada 4 mujeres desarrollan síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) después de enfrentarse a un cáncer de mama, especialmente si han experimentado eventos traumáticos durante su tratamiento, así como indica el American Cancer Society. Además, la pérdida de una o dos mamas y las cicatrices de la operación o los cambios en la apariencia corporal pueden afectar la percepción de uno mismo y la autoestima. Es fundamental contar con un especialista en psicología que ayude abordar estos problemas y evitar que afecten a la salud mental.
- Realizar deporte, clave en la rehabilitación física. Una vez superado el cáncer de mama, hay secuelas físicas que permanecen y necesitan de un tratamiento especial para poder superarlas. La fatiga es una secuela muy común que puede durar meses e incluso años y puede afectar a la capacidad de una persona para llevar a cabo actividades diarias. Además, algunos tratamientos para el cáncer de mama, como la quimioterapia y la terapia hormonal, pueden inducir la menopausia en mujeres más jóvenes, lo que conlleva síntomas como sofocos, cambios en el estado de ánimo y sequedad vaginal. Por otro lado, es común que, la extirpación de ganglios linfáticos cercanos a la mama, pueda provocar linfedema, una acumulación de líquido en el brazo o la mano del lado afectado que causa hinchazón, dolor y limitación en el movimiento del brazo. En este sentido, el ejercicio desempeña un papel crucial en la rehabilitación física de las pacientes que han superado un cáncer de mama y puede contribuir significativamente a su recuperación y calidad de vida. Es importante que la elección del tipo de ejercicio y la intensidad sea individualizada y adaptada a las necesidades y limitaciones de cada persona.
- Recupera la parte de ocio paulatinamente. Recuperar la parte de ocio después de superar un cáncer de mama lleva tiempo y esfuerzo y, aunque es un proceso individual, es esencial para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional. Para ello, las pacientes deben establecer metas alcanzables con relación a las actividades de ocio, sin exigirse demasiado y celebrando los pasos que se den por pequeños que sean. Además, de intentar recuperar actividades que antes del cáncer se realizaban y se disfrutaban, también pueden considerar probar actividades nuevas que despierten el interés. Es importante tener en cuenta que en este punto es fundamental priorizar el autocuidado y dedicar tiempo para relajarse, cuidar el cuerpo y mente, y recargar energías. En este sentido, el apoyo de profesionales de la salud es clave para proporcionar información y recursos a las supervivientes de cáncer de mama que les permitan tomar decisiones informadas sobre su atención médica y su estilo de vida, lo que las empodera en su proceso de recuperación.