Anorexia, bulimia o el trastorno por atracón son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes y afectan a 1 de cada 20 adolescentes en España, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
La Navidad, caracterizada por la alegría, la unión y la celebración a través de banquetes copiosos, puede traer consigo una dificultad causada por la gran cantidad de platos inundan las mesas navideñas: los atracones o excesos de comida. Este problema cobra aún más relevancia en aquellas personas que están enfrentando algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
En este sentido, el trastorno por atracón, junto con la anorexia y la bulimia, son los TCA más frecuentes y afectan a 1 de cada 20 adolescentes en España, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
“Aquellas personas que experimentan TCA afrontan un ciclo devastador de sentimientos de culpa, vergüenza y ansiedad después de un episodio de atracón. La pérdida de control durante estos episodios les genera un profundo impacto en la autoestima, exacerbando los sentimientos de desesperanza y desvalorización personal”, explica Mateo Auñón, nutricionista de Blua de Sanitas. Además, añade que “estos efectos psicológicos, a su vez, pueden alimentar el curso del trastorno, creando una espiral emocional difícil de romper”.
Por consiguiente, la presión social asociada con las celebraciones navideñas, centradas en torno a la comida intensifica estas experiencias, acrecentando la ansiedad y desencadenando episodios de empacho. “Es crucial comprender que este tipo de trastornos no solo afectan la relación de las personas con la comida, sino que también deterioran su bienestar físico emocional general”. Además, “estas situaciones sociales pueden también desencadenar sentimientos de vergüenza o un cambio de actitud a la hora de elegir los alimentos, las cantidades o el simple miedo a recibir comentarios de los familiares o amigos”, añade el nutricionista de Blua de Sanitas.
Aunque el atracón clínico, característico de los trastornos de alimentación (que no suele darse en contextos sociales), difiere de lo que comúnmente se considera atracón o excesos en la alimentación en población general, estas fiestas navideñas, asociadas a comidas copiosas, impactan en todos los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, independientemente del tipo de trastorno, y requieren una planificación previa por parte de los profesionales, añade Soraya Bajat, psicóloga y jefa de Servicio deSalud Mental del Hospital La Zarzuela. Todas las personas que están en tratamiento por un TCA, tanto adolescentes como adultos, tendrán unas pautas de alimentación durante las fiestas que serán supervisadas por una o varias personas significativas su entorno, para evitar recaídas o empeoramiento durante las celebraciones, asegura Bajat.
Asimismo, cabe destacar que los episodios de atracón también están vinculados con el sistema digestivo, tal y como señala el nutricionista de Blua de Sanitas: “Ingerir grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo ejerce una presión considerable sobre el sistema gastrointestinal. Esta sobrecarga ocasiona una serie de problemas digestivos como el malestar abdominal, distensión gástrica y reflujo ácido.
Por otro lado, las elecciones alimentarias en el marco de estos acontecimientos, especialmente en la época navideña, suelen estar caracterizadas la ingesta de alimentos ricos en grasas y azúcares. Esto complica en exceso el funcionamiento digestivo, dando lugar a síntomas como la irritación del revestimiento del estómago, dificultades en la digestión y el funcionamiento irregular del intestino, especialmente en aquellas personas que ya sufren afecciones o patologías digestivas”, concluye Soraya Bajat.
Ante esta situación, los expertos nutricionistas de Blua de Sanitas para evitar los atracones e impulsar así una mejor salud mental y digestiva, aconsejan lo siguiente:
- Planificación de comidas: establecer horarios regulares y a eludir largos períodos de ayuno, reduciendo la sensación innecesaria de hambre y, por consiguiente, la probabilidad de atracones. Tener las comidas programadas permite obtener un control más efectivo sobre la ingesta.
- Evitar las restricciones severas: es común durante estas fechas el aumento de la ingesta de dulces y otras comidas más calóricas. Permitirse disfrutar de ello con consciencia proporcionará beneficios a nivel de relación con la comida. En este sentido, es recomendable que las cantidades sean moderadas y se saboree cada bocado, con el objetivo de alimentarse de manera consciente y evitar impulsos.
- Elección responsable de alimentos: optar por manjares nutritivos y balanceados en el transcurso de las celebraciones navideñas constituye una manera de disfrutar ellas sin comprometer la salud. Por ello, se sugiere aumentar los alimentos sean lo más naturales y menos ultraprocesados posibles, porque el nivel de saciedad es mayor y se satisface el hambre de manera más efectiva. Además, consumir durante el día alimentos ricos en fibra como las legumbres, verduras u hortalizas también favorecen la saciedad durante el día.
- Enfoque en la socialización: centrar la atención en la compañía y la conversación, en vez de en la comida, mitiga la impulsividad alimentaria y fomenta una experiencia menos enfocada en la ingesta excesiva. Añadir también que es importante no relacionar estas ocasiones especiales y puntuales con un posible aumento de peso por el hecho de consumir más alimentos o calorías. El aumento de peso no lo determina en este caso, alguna comida o cena más copiosa de manera puntual, sino los hábitos que tenemos a medio largo plazo durante el año.
- Participación en actividades físicas: integrar el ejercicio en la rutina navideña contribuye a la salud física y también mental, pero no debe centrarse en la compensación calórica, si no en la mejora del estado físico y emocional en general. Por lo tanto, establecer tiempo para el deporte ofrece una vía positiva para canalizar la energía a lo largo de la Navidad. También es una buena ocasión para hacer alguna ruta por la naturaleza, dar paseos largos con motivo de la época.
“La consulta a un especialista, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta, ante cualquier preocupación relacionada con los TCA es un paso fundamental hacia la recuperación. La atención temprana e integral mejora tanto las posibilidades de éxito en el tratamiento como la construcción de una base sólida para el bienestar a largo plazo. La salud mental es tan valiosa como la física, y buscar ayuda profesional es un acto de autocompasión y valentía”, completa Auñón.