- Programar una limpieza bucal profesional al inicio del curso es clave para retomar hábitos saludables y prevenir enfermedades orales
Con el inicio del curso escolar y la vuelta al trabajo, septiembre se convierte en un buen momento para retomar hábitos saludables, como cuidar la salud bucal. Durante las vacaciones, los cambios en la alimentación y la relajación en las rutinas de higiene pueden provocar acumulación de placa bacteriana y sarro, lo que aumenta el riesgo de enfermedades periodontales.
En este contexto, la limpieza bucal profesional se posiciona como una herramienta preventiva clave. De hecho, el 79,70% de los españoles considera importante realizarse una de manera periódica para preservar su salud oral, según el Estudio de Sanitas sobre Salud Bucodental 2024.
“Además de los beneficios clínicos habituales, es fundamental destacar que la limpieza bucodental profesional ayuda a prevenir la acumulación de compuestos que afectan al aliento y provocan mal olor, mejorando así de forma notable la calidad de vida del paciente. También optimiza la aplicación y efectividad de tratamientos preventivos como el flúor o los selladores dentales, reforzando la protección frente a la caries”, explica Lorena Trinidad Bueno, del equipo Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental.
A continuación, se detallan los principales efectos positivos que conlleva incluir la limpieza profesional en la rutina de cuidados odontológicos:
- Prevención de enfermedades bucodentales comunes: la limpieza bucodental permite eliminar la placa bacteriana y el sarro que se acumulan en zonas de difícil acceso durante la higiene diaria, depósitos que son los principales responsables del desarrollo de caries y enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis.
- Detección temprana de lesiones y alteraciones orales: el profesional no solo realiza una higiene profunda, sino que también lleva a cabo una exploración clínica minuciosa. Esto permite identificar signos incipientes de lesiones en los tejidos blandos (como úlceras, leucoplasias o pigmentaciones anómalas), alteraciones estructurales de los dientes, retracciones gingivales o síntomas de bruxismo. La detección precoz facilita un tratamiento menos invasivo, más efectivo y evita complicaciones mayores.
- Mejora del estado de las encías: la eliminación de placa reduce la inflamación de las encías, disminuye el sangrado espontáneo o al cepillado y mejora la adherencia epitelial al diente. Esto no solo tiene un impacto positivo en la comodidad del paciente, sino que también ayuda a preservar el soporte del diente a largo plazo.
- Mejora estética y sensación de limpieza: la limpieza profesional mejora notablemente el aspecto de la sonrisa. Se eliminan manchas causadas por el consumo de café, té, vino tinto o tabaco, devolviendo a los dientes su brillo natural. Esto repercute en una mayor confianza estética, pero también en una mejora de la percepción subjetiva de limpieza y frescor bucal por parte del paciente.
“Se recomienda realizar una limpieza dental cada seis a doce meses, ajustando la frecuencia según el historial clínico y las necesidades de cada paciente. En casos de mayor riesgo, como quienes presentan enfermedades periodontales o llevan ortodoncia, es habitual indicar limpiezas más frecuentes para asegurar un control óptimo”, concluye la experta.