“Cuando veo que todos están de acuerdo conmigo, tengo la impresión de haberme equivocado” (Óscar Wilde)
Escribe: Carlos Biurrun, Presidente de Biurrun Consulting
carlos.biurrun@biurrunconsulting.es
Evolución del sector de seguros
Los datos sectoriales del primer semestre publicados recientemente por ICEA no son nada buenos o, si se prefiere, marcan una tendencia negativa.
Las primas caen un -5,15% con un cambio de tendencia peligroso si se compara con el mismo periodo de 2011 en que tuvimos un crecimiento positivo (+5,08%). En junio de 2011 las cifras fueron positivas gracias a la buena evolución que tuvo vida (+10,72%); pero este año todos los ramos a excepción de salud y hogar están en negativo.
Las primas del seguro de autos descienden un – 4,74% (-1,73% en el mismo periodo de 2011) que suponen el 34,2% de la cartera de no vida de seguros.
El crecimiento de hogar y salud es positivo pero, comparando con el mismo periodo del año pasado, refleja una tendencia clara al decrecimiento. Ambos productos, además, crecen por aplicación de indexaciones pero que no permiten ser optimistas sobre la actividad de la demanda.
Por otra parte una observación de los datos de la siniestralidad nos refleja lo que ya comienzan a comentar muchos directivos de Compañías, que la siniestralidad en autos y en otros productos, por ejemplo hogar, marca tendencia al empeoramiento. Sin duda la guerra de precios en autos, la disminución de las primas globales y el incremento del fraude inciden en esta tendencia negativa que prácticamente comenzó en 2007 y ahora empeora.
¿Se puede decir que el sector va bien, vistos los datos publicados?
Hasta 2011 parecía que la crisis no atacaba fuertemente al sector; Así lo señalaba el informe de la DGSFP cuando decía “que a pesar de la situación económica y financiera el seguro mantiene unos adecuados niveles de solvencia y de márgenes en sus cuentas de resultados”.
Sin embargo, en estos momentos, y a la vista de los datos que hasta ahora conocemos las cosas no son tan positivas y, además, creo que van a empeorar en los próximos meses porque la economía va a seguir en recesión, el consumo y el ahorro van a seguir descendiendo y todo ello repercutirá en un deterioro mayor del decrecimiento de primas, ante mercados saturados los actores de la oferta van a continuar con las guerras de precios, y no solo en autos, incidiendo en la reducción de márgenes; Hogar y salud están presentando ya un agotamiento de su crecimiento positivo que se va a confirmar en los próximos meses.
Si las primas y la siniestralidad marcan una tendencia negativa habrá que estar atentos también a los movimientos financieros y más en concreto al impacto de los criterios de valoración de la deuda soberana en los balances de las Compañías a final de año. Según los criterios que se adopten puede suponer un impacto negativo en los resultados. El IVA va a provocar un aumento de la siniestralidad.
Decía en un artículo anterior que “la crisis nos está afectando a todos, a unos más que a otros”. Por ejemplo si observamos los diferentes actores del seguro, sus circunstancias y situación son completamente diferentes en las Compañías multinacionales, Compañías locales, grandes brokers, pequeños y medianos brokers o agentes exclusivos. Incluso los intereses que cada uno tiene no tienen por qué coincidir.
Por otra parte la crisis está removiendo muchos cimientos y lo estamos viendo en la transformación de marcos legales en marcha en la Unión Europea como son Solvencia II, MIFID o IMD2.
Las Compañías de seguros están tomando medidas ante la situación crítica y están preparándose para los cambios legislativos que se avecinan.
¿Está reaccionando el corredor de seguros ante la crisis y ante los cambios legislativos que están en marcha?
Los pequeños y medianos corredores son los que más están notando el efecto de la crisis.
Observando los movimientos y declaraciones de los corredores uno tiene la impresión de que, efectivamente, algo se mueve en la buena dirección pero muy lentamente y con demasiadas voces que quieren tener protagonismo.
De la misma forma que las Compañías aseguradoras han sabido construir un auténtico lobby alrededor de UNESPA, los corredores necesitan un liderazgo fuerte que con un plan que defina las líneas estratégicas a seguir y objetivos a alcanzar dirija sin grandes sobresaltos las transformaciones que se van a producir.
Este liderazgo podría ponerse en marcha aprovechando la institución del Consejo General que debería que someterse a una profunda transformación orgánica, con cambios de envergadura en su estructura regional colegial, resolviendo adecuadamente la dicotomía de representar al mismo tiempo a corredores y a agentes exclusivos y superando una financiación escasa y excesivamente subvencionada por fuentes diferentes a las sus propios miembros.
Un liderazgo fuerte debe promover una imagen de marca potente. Los corredores de seguros españoles son bastante menos independientes de las Compañías que sus homólogos de otros países de la Unión Europea, especialmente los británicos u holandeses.
El Corredor de seguros debe aumentar sustancialmente su dimensión, para poder influir en el devenir de la mediación y su estrategia. Mientras esto no ocurra, es verdad que podrá sobrevivir, incluso con holgura, pero no será independiente y dependerá de las directrices y estrategias que marquen en cada momento las Compañías.
Sin duda la dimensión le va a dar mayor capacidad negociadora.
Además, se necesita dimensión para tener recursos operativos potentes, por ejemplo, en materia de suscripción de riesgos o para llevar a cabo programas de inversión tecnológica que contrarresten las capacidades de los nuevos competidores.
El corredor de seguros tiene que cambiar su modelo de negocio o, lo que es lo mismo, abrirse a otros segmentos del mercado que necesitarán de recursos humanos con un mayor nivel de conocimientos técnicos, de gestión o comerciales.
Va a haber oportunidades de internacionalización: ¿se puede pensar en aprovecharlas si no se tiene una dimensión para tener unos medios mínimos operativos, de especialistas, de tecnología y comunicaciones, de fondos propios para inversiones?
En resumen, soy optimista sobre el futuro del corredor de seguros. El corredor de seguros en España puede superar la crisis actual y adaptarse a los cambios legislativos pero necesita ser más empresario, planificarse mejor, contar con un órgano de representación potente, un liderazgo con voz y poder fuerte y tener más dimensión
para ser independiente para dirigir y controlar su propio negocio. Sus relaciones con las Compañías serán más estables, más duraderas y equilibradas.
¿Y tú qué piensas?