Escribe: Benito Rius (Grupo Unisa, Corredurías de seguros)
Hace unos días, mientras disfrutaba de una entrañable comida navideña entre compañeros del sector, escuchaba como un buen amigo, corredor y reputado profesional, nos comentaba la situación que estaba viviendo a raíz del gran desastre que tuvimos en el sur el pasado mes de septiembre, donde un gran incendio calcinó más de 5.000 hectáreas. Nos relataba como uno de sus clientes había sufrido un siniestro total en una vivienda de considerable valor y los obstáculos que estaba sufriendo para resolverlo de forma justa para su cliente, llegando incluso a plantearse cambiar su relación con la entidad aseguradora, después de muchos años.
En ese momento, imaginaba como sería la situación del cliente, si no tuviese a ese mediador a su lado, acompañándolo en todo el proceso y haciendo valer los derechos de su cliente por encima de la buena y larga relación que viene manteniendo con la aseguradora. Este comportamiento no es un hecho aislado, es la forma de trabajo natural de la mayoría de mediadores profesionales y es la gran diferencia que aporta la mediación frente a otros canales.
Desconozco si el cliente valora en su justa medida el servicio que está recibiendo, pero por desgracia la mayoría de ellos están de espaldas a la gran ventaja que supone tener a un profesional junto a ellos cuando han perdido su casa, su automóvil, sufren un accidente o han padecido el fallecimiento de un familiar. Últimamente en España hemos asistido a desgracias de dimensiones importantes que ponen de manifiesto el valor de este servicio y los ciudadanos deberíamos estar más sensibilizados al respecto.
Toda la publicidad que nos impacta a diario está destinada a que las personas, vean la protección de su patrimonio como una simple compra más que tienen que acometer al mejor precio y en caso contrario son necios, pues al final “todos los seguros son iguales”.
Los mediadores tenemos una asignatura pendiente, comunicar nuestro valor, diariamente, en cada oportunidad, de forma constante. Vivimos el comienzo de una era que abre enormes posibilidades para un colectivo que quiere comunicar algo y en ningún momento de la historia se han tenido disponibles tantas herramientas para transmitir, como posibilita internet. Noticias como la plataforma de mediadores en el terremoto que sufrió la ciudad de Lorca y la felicitación pública del consorcio de compensación de seguros por su extraordinaria labor debería llegar a cada cliente de cada mediador que esté conectado a la red y en realidad no reciben la difusión que merecen.
Debemos seguir aprendiendo como comunicar al ciudadano sobre las ventajas que aporta la mediación y conseguir aumentar la cultura aseguradora dentro de la población para que cada vez escuchemos menos “todos los seguros son iguales”.