(Comenzamos una nueva sección en el BdeCB que hemos titulado Tecnología aplicada para la actividad aseguradora. Va dirigida de manera especial a los agentes, corredores de seguros y cualquiera que esté cerca de la actividad de distribución de seguros. Con periodicidad quincenal invitaremos a especialistas a presentar sus herramientas tecnológicas además de nuestras propias sugerencias que vayamos encontrando y que creamos que pueden ser de utilidad. Carlos Lluch, miembro del equipo gestor del BdeCB será el encargado de gestionar la sección)
Escribe: Carlos Lluch, Corredor de seguros y miembro del equipo gestor del BdeCB
Hace unas pocas semanas Carlos Biurrun me invitó a abrir fuego en una nueva sección de su blog. Carlos me dijo que tenía interés en abordar temas de tecnología aplicada a la actividad de los mediadores de seguros y, si se me permite, voy a utilizar también la expresión “productores de seguros” pues mi intención es abordar temas que sean de utilidad para aquellos profesionales de ambas orillas del Atlántico.
En este primer artículo no entraré en temas concretos sino que me parece importante sentar las cimentaciones antes de construir la estructura que dará soporte a sucesivos contenidos.
Esa cimentación debe radicar en la percepción del papel de la tecnología en los tiempos presentes y futuros, en relación a la capacidad de aportar servicios a clientes que los demanden y a la optimización de recursos, tareas y procesos de tal forma que redunden en una reducción de costes por transacción, una reducción del tiempo y acaben generando beneficios. Dichos beneficios no siempre serán en moneda contante y sonante sino que pueden muy bien transformarse en tiempo que dedicar a otras cuestiones, también necesarias, como es formarse o convivir con la Comunidad o con la Familia.
Pero hoy – y más en un futuro inmediato – la tecnología es asimismo un generoso instrumento y un gran aliado en la construcción de marca, tanto refiriéndonos al branding de la empresa como a marca personal de sus integrantes. La tecnología nos permite comunicarnos más allá de las fronteras tradicionales de nuestras empresas para alcanzar un eco potencialmente ilimitado. En este sentido la tecnología es enormemente democratizadora pues ya no es necesario contar con grandes recursos financieros para disfrutar del reconocimiento a una buena actitud en el mercado sino que podemos aspirar a ello desde coste cero.
Como toda buena arma es necesario destacar que tiene dos filos y, por tanto, toda esta suerte de grandes oportunidades y beneficios también tiene otra cara en materia de riesgos y daños potenciales. Asimismo que nadie crea, confiadamente, que la tecnología funciona sola: requiere dedicación, esfuerzo y altas dosis de creatividad para alcanzar con ella resultados. Además hay que contar, en general, con la resistencia al cambio de quienes nos acompañan en la aventura empresarial y con el miedo a abandonar la zona de confort.
Otro elemento crucial consiste en estar dispuesto a investigar e imaginar escenarios de aplicación. Es de gran ayuda conocer herramientas utilizadas en otros campos e imaginar lo que pueden hacer en la mediación de seguros pero eso jamás ocurrirá si no hemos investigado, navegando con intencionalidad para descubrir tesoros que aplicar.
En resumen para obtener algo de beneficio de la tecnología deberemos contar también con empresas y ejecutivos aplicados e implicados. Nada es gratis – aunque aparentemente no cueste dinero – y aquel que se aproxime a la tecnología y no quiera dedicar esfuerzo es mejor que se abstenga por completo de intentarlo pues consume grandes dosis de tiempo, precisa humildad y tenacidad para aceptar los errores y volver a empezar.
Eso sí, si no se sube al tren deberá comprender – cuando llegue la hora – que su empresa se ha quedado atrás.
