Escribe: Enrique González, Actuario y miembro de Community of Insurance.
Los datos publicados del seguro español cerrados a fin de Septiembre, con una caída en la recaudación del 3.79% dejan poco lugar al optimismo; más si tenemos en cuenta que la recaudación de primas cae en todos los ramos y en algunos con valores porcentuales superiores a los dos dígitos enteros; y solo crecen dos; el ramo de Decesos en más del 7% y el de salud que no llega al 2%
No hay que olvidar, que la comparación de la caída se hace sobre el mismo periodo del año 2012; vamos que llueve sobre mojado, claro que los más optimistas pueden decir aquello de que se está mejorando. La caída es más lenta, donde era el 8.97% en 2012 hoy es el 3,79 %, que es un gran avance, tocaremos fondo muy pronto, y se invertirá la tendencia.
Las cifras del seguro de Vida en España al final del primer trimestre de este año, con un aumento del volumen de negocio en un 10,91%, fueron una gota de esperanza en el sector, que quizá supo aprovechar el tirón de la limitación de tipos a la banca en el inicio del año; pero es evidente que, o el tirón cesó pronto, puede que por la reacción de la banca para evitarlo, o quizá el mundo del seguro se puso a celebrar el éxito antes de consolidarlo, sin hacer nada por seguir empujando.
Hoy las cosas han cambiado bastante. En vida y a fin de Septiembre,, el volumen de primas ha caído un 5,09 % respecto al mismo periodo del año precedente que ya cerraba como cerraba en aquellas fechas.
Los desgloses de caídas en el volumen de primas adquieren su mayor nivel en el negocio de ahorro con un decrecimiento del 5,27%, que con el optimismo habitual del sector, puede considerarse una importante mejora sobre la situación de caída de año anterior, que ascendió al 9,86%; pero en el seguro de vida riesgo, el decrecimiento casi se ha duplicado pasando al 4,05% frente al 2.73% que decrecía el año 2012.
Lo curioso es que una parte importante del sector, tras la unificación de tarifas consecuencia de la prohibición de la discriminación de género; el sector aprovechó para aumentar las tarifas de primas entorno a un 10%, y se volcó este año a la caza y captura del seguro de vida riesgo, en unas condiciones de suscripción bastante flexibles frente a la competencia puntual, por el riguroso y técnico procedimiento del descuento comercial, al albedrío del comercial de turno.
Así las cosas, cabe preguntarse si la bajada de primas en riesgo es consecuencia de esta política, y el número de contratos no ha retrocedido en proporción similar. De confirmarse esta situación, estaríamos ante una guerra de tarifas en vida, que frente a las que hubo y hay en auto y hogar, en esta si hay margen técnico para esa bajada.
Desde el lado del seguro de ahorro, y pese a la evidente mejora que supone la menor tasa de decrecimiento; no sé si lo que queda por rescatar y con posibilidad de rescate a voluntad, ya no permite tapar deudas y salvar de la quema al cliente en otros frentes, o la mejora de la situación es consecuencia real de acciones del asegurador para mejorar la rentabilidad del producto haciéndolo más atractivo.
Si creo, que tal como están los tipos de interés en el mundo de la banca y las posibilidades que la inversión en bonos y deuda pública del Estado ofrece en tipos de interés a medio y largo plazo, permiten al sector asegurador ofrecer una rentabilidad asegurada muy razonable, si son capaces de reducir los recargos de gestión que tradicionalmente aplican a estos productos.
En lo que concierne a la inversión en valores de renta variable por medio de pólizas de seguro de vida, es aun más importante esa reducción de recargos y de aumentar la transparencia del producto, de forma que el cliente pueda seguir claramente sin esfuerzo su evolución, disponiendo de vías de comunicación y ejecución de órdenes de compra venta al asegurador en tiempo real, de cara la obtención de la confianza que hasta hace poco solo depositaban den su banco.
La actual crisis tardó en percibirse por el público en general, aun cuando el poder político la negó mientras pudo; en la actualidad, la mejora de la situación económica, que es evidente que la hay, no se percibe por el público y tardará en percibirse aun más que la crisis misma.
Al dia de hoy, ya no queda tiempo para que este año varíen mucho las cosas; pero el seguro tiene que reaccionar ya, no tiene que subirse al carro, sino ponerse entre las varas a tirar de él, mejorando su oferta de productos y contribuyendo al fin de la crisis y a la recuperación económica de forma que su clientela sea capaz de percibir una mejora de la situación del sector y la global. De no hacerlo, se repetirá la situación y el 2014 no será mejor que 2013 para el seguro, pero si para los demás.