Hace unos meses (3 de mayo) decía en este blog que “¡es la hora del seguro de vida y conviene que las Compañías dediquen recursos a preparar y formar a su vanguardia de ventas, incluidos los canales de distribución!”.
En mi anterior post de 6 de enero expresaba que «mis estimaciones prevén un crecimiento de vida en torno al 8% en 2009 siendo quien salve el crecimiento del seguro en su conjunto muy castigado en automóviles».
Ahora me atrevo a realizar mis pronósticos para 2010 y las razones de los mismos.
La crisis ha supuesto una enorme oportunidad para las compañías que venden seguros de vida. La desaparición de la especulación inmobiliaria, los descalabros de bolsa a partir de finales de 2007 y sobre todo en 2008 y la caída de los tipos han hecho que los ahorradores sean más prudentes en la elección de activos donde invertir sus ahorros.
Por otra parte, los únicos productos que gozan de ciertos beneficios fiscales, aparte de los fondos de pensiones son los PIAS y PPA que están creciendo de forma notable en estos últimos tiempos (ver el post del pasado 6 de enero).
¿Se puede pensar que se repetirá el crecimiento previsto para 2009 durante el presente año?
Me atrevo a afirmar que incluso puede mejorar ya que al mantenimiento de las condiciones de crisis de 2009 se puede añadir alguna ventaja más. La masa de ahorro acumulada en 2009 consecuencia de la reducción del consumo y la incertidumbre de la situación laboral, podría orientarse en una parte importante en cuanto comience el crecimiento del PIB y desaparezca la caída del empleo. Además la bolsa, que está recuperando su ritmo, no es el lugar para un cliente que quiere invertir parte de sus ahorros en un plan de previsión a largo plazo.
Sí quiero resaltar que el seguro de vida, que había perdido el rumbo de su esencia de la gestión de la previsión a largo plazo debido a la oferta de primas únicas a corto plazo, está volviendo a recuperar su esencia. Observemos en los cuadros adjuntos que el crecimiento se está produciendo fundamentalmente en productos típicamente de previsión a largo plazo como son los seguros de rentas, los PIAS y los PPA.
Mi impresión es que por este camino está el futuro del seguro de vida. Construir productos sencillos (que se puedan explicar y entender con facilidad), flexibles (que permitan el juego del rescate parcial o incluso el anticipo ante situaciones inesperadas de necesidad), transparentes (con información clara y puntual de la evolución de la gestión del patrimonio acumulado) y una gestión de activos muy profesional que asegure una rentabilidad que admita la comparación con otras en otros activos parecidos (cuidar el equilibrio entre rentabilidad y seguridad).
Si algo tendría que cambiar en el escenario fiscal en España es la mejora del tratamiento de todos los instrumentos que faciliten, promuevan, complementen las pensiones públicas. Siento decir que nuestros políticos no se han enterado todavía que facilitar la acumulación del ahorro a largo plazo a través del seguro es un enorme factor de estabilidad social. Si realmente este año tienen que revisar los Pactos de Toledo se darán cuenta que es hora de hacer un análisis de todo el sistema de previsión en su conjunto, pensiones públicas, fondos de pensiones y seguros.
Podemos, en consecuencia, repetir una tasa de crecimiento de seguros de vida del 8% en 2010 o incluso superarla.
También para ello será necesario insistir a los corredores y agentes que tienen una oportunidad que conviene aprovechar y las Compañías deben facilitar un adiestramiento exigente y profesional.
P.D. Próximamente aparecerá en el blog un análisis de la estructura de la oferta de seguros de vida y su evolución en los últimos años así como los sistemas de distribución.
