Más de 12 000 líderes a nivel nacional coinciden en ratificar que el COVID-19 impulsó un salto en la digitalización, pero en diferentes grados según los países.
Luis Badrinas, CEO de Community of Insurance y Barcelona Health Hub Tuit
Este año, el Informe de Riesgos Globales del World Economic Forum, basado en las opiniones de más de 12 000 líderes a nivel nacional coinciden en ratificar que el COVID-19 impulsó un salto en la digitalización, pero en diferentes grados según los países. Si bien avanzar hacia la hiperconectividad ha hecho que algunos países sean más competitivos, otros podrían quedarse estancados en una economía analógica previa a la pandemia. Por eso, es en esas economías en las que deben afrontar una digitalización rápida para evitar una mayor brecha digital.
En este sentido, acerca de la digitalización y sus riesgos, el informe destaca tres grandes cuestiones. El antes y el después de la pandemia, la brecha digital entre los distintos países y el incremento de los riesgos cibernéticos.
La digitalización post pandemia. El mundo se encamina hacia una digitalización, y cada vez hay más conciencia de que ésta sea segura, ya que se corre el riesgo de convertirse una base desde la cual los ciberdelincuentes pueden atacar globalmente, lo que podría profundizar brechas digitales si dichos países luego enfrentan restricciones en su acceso a las tecnologías digitales. El cambio inducido por COVID-19 hacia el trabajo remoto ha acelerado la adopción de plataformas y dispositivos que permiten compartir datos confidenciales con terceros, proveedores de servicios en la nube, agregadores de datos, interfaces de programación de aplicaciones (API) y otros intermediarios relacionados con la tecnología. La brecha digital entre las distintas economías. A la vez, la rápida digitalización en las economías avanzadas durante el COVID-19 también ha dado lugar a nuevas vulnerabilidades cibernéticas. Se identifica la “falla de ciberseguridad” como una amenaza crítica a corto plazo para el mundo, y con una alta sensibilidad en países de altos ingresos, EOS (cuadro a continuación).
Si bien estas capacidades brindan enormes oportunidades para que las empresas y las sociedades usen la tecnología de manera que puedan mejorar drásticamente la eficiencia, la calidad y la productividad, estas mismas capacidades también exponen a los usuarios a formas elevadas y más perniciosas de riesgo digital y cibernético. En el futuro, la interconexión y la convergencia de estas herramientas digitales seguirán aumentando a medida que la sociedad adopte la próxima versión de Internet basada en la tecnología blockchain. Los usuarios serán necesarios para navegar por las vulnerabilidades de seguridad inherentes tanto a la mayor dependencia como a la creciente fragmentación en este tipo de tecnologías complejas, a menudo caracterizadas por la descentralización y la falta de barandillas estructuradas o una infraestructura de incorporación sofisticada.
Mayor necesidad de ciberseguridad. Las vulnerabilidades cibernéticas en el contexto de una dependencia generalizada de sistemas digitales cada vez más complejos, las crecientes amenazas cibernéticas están superando la capacidad de las sociedades para prevenirlas de manera efectiva.
Por ejemplo, la digitalización de las cadenas de suministro físicas, ya veníamos anunciando desde el año 2016 su vulnerabilidad porque dependen de proveedores de tecnología y otros terceros, que también están expuestos a amenazas similares y potencialmente contagiosas.
En diciembre de 2021, solo una semana después de descubrir una seguridad crítica falla en una biblioteca de software ampliamente utilizada (Log4j), se detectaron más de 100 intentos de explotar la vulnerabilidad cada minuto, lo que ilustra cómo la codificación de libre acceso puede propagar vulnerabilidades ampliamente. La actividad maliciosa está proliferando, en parte debido a las crecientes vulnerabilidades, pero también porque hay pocas barreras de entrada para los participantes en la industria del ransomware y poco riesgo de extradición, enjuiciamiento o sanción. El malware aumentó en un 358 % en 2020, mientras que el ransomware aumentó en un 435%,11 con un aumento de cuatro veces en la valor total de criptomoneda recibido por las direcciones de ransomware (Cuadro a continuación)
El «ransomware como servicio» permite que incluso los delincuentes no técnicos ejecuten ataques, una tendencia que podría intensificarse con la llegada del malware impulsado por inteligencia artificial (IA). De hecho, los grupos de mercenarios cibernéticos que buscan ganancias están listos para proporcionar acceso a herramientas sofisticadas de intrusión cibernética para facilitar tales ataques. Además, las criptomonedas también han permitido a los ciberdelincuentes cobrar pagos con un riesgo modesto de detección o recuperación monetaria. Los propios ataques también se están volviendo más agresivos y generalizados.
El sector asegurador no es ajeno a estos riesgos, ya que de una parte, trabaja con coberturas para la indemnización de los daños causados a sus clientes por ciberataques, y de otra porque es víctima de ataques producidos a sus propias bases de datos y carteras de clientes. Hechos que has sido reconocidos por algunas compañías aseguradoras.
Community of insurance y Uniquemia han actualizado sus programas, especialmente el de sensibilización en Seguridad para cualquier profesional del sector asegurador.
Conoce nuestro Programa Sensibilización de Ciberseguridad