Pertenece a la serie: Reflexiones veraniegas: el modelo de empresa que no se estudia en los MBAs
No me digáis que no os ha pasado nunca… Os presentan a alguien muy educado, muy bien «presentado» (con su corbata, su gomina, su sonrisa «profidén», …) , que te estrecha la mano con firmeza, como si fuera «robocop» y te dice «es un autentico placer colaborar juntos en este fantastico proyecto del que tanto vamos a aprender el uno del otro y tal, bla, bla…» ….
Y cuando se marcha dices, no si simpático parece, pero le veo un poco artificial, vamos que como diría un amigo mío …..SI pero NO!!!
Y eso es mas que nada porque el protocolo solo se suele ceñir a las palabras y a ciertos gestos entrenados y eso solo representa un pequeño porcentaje de todo lo que comunicamos con nuestra presencia. (aunque también es posible comunicar con la ausencia)
Vamos que si me dan a elegir me quedo con el saludo de la Reina a Pujol con la toalla en la cintura en lugar del mítico discurso de Navidad del Rey, y con el beso de Casillas a la Carbonero, en lugar de la típica entrevista de «el fútbol es así» y «lo importante es meterla» (en la portería ;))