Escribe: Javier López
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Estimado amigo: Ya sé que conoces sobradamente mi afición a las tipologías. Llevo muchos años fotografiando todo lo que llama mi atención. Y eso tiene sus ventajas. Cuando se mantienen abiertos muchos frentes, es mucho más reconfortante la afición fotográfica, porque uno siempre encuentra temas, y no tiene tiempo de aburrirse con la cámara en la mano. Hoy he elegido para animar a los profanos, uno de mis asuntos preferidos: Las ventanas.
Se puede decir, sin que la metáfora resulte muy atrevida, que los ojos son… las ventanas del alma. Y ya, derivando, podríamos deducir, que las ventanas son los ojos de las casas, a través de los cuales aprendemos a descubrir la vida. Como escribió Ficino, todo el orden del universo se atrapa con los ojos… o a través de las ventanas ( … que añado yo) . Tengo que confesarte, amigo Carlos, que al igual que nos llama la atención la mirada de las muchachas, con su brillo chispeante, a mi me tiene cautivado el variopinto mundo de las ventanas.
Las ventanas siempre trasmiten algo de la forma de ser de los dueños de la casa.
Lo puedes ver en este ejemplo, donde las contraventanas desconchadas de una, contrastan con el impecable aspecto de la otra, y lo mismo podríamos decir de ciertos rasgos de su carácter, los hay que son muy confiados, pero hay otros ….
Las ventanas, como los ojos, nos ponen en contacto con el exterior y nos ayudan a entender el mundo y a los demás. Siempre han estado ahí, con sus variados estilos artísticos y algunas, igual que les sucede a ciertas actrices, han envejecido muy bien.
Para las ventanas, sirven todos los consejos que hemos ido desgranando en este rincón de fotografía lúdica. Podemos crear sinergias, reforzarlas, si las sumamos a otros elementos decorativos. Vamos a ver un par de ejemplos, en primer lugar con la compañía de las farolas .
Y ahora con la aristocrática presencia de figuras labradas en piedra, o escudos nobiliarios.
Pero sin duda, el elemento que más engalana las ventanas, es el colorido manto de las flores.
Luego, está la habilidad para combinar el color de las flores con la pintura de las fachadas o las contraventanas, y algunas veces encontramos manifestaciones de auténtico buen gusto.
Tampoco es raro encontrar ventanas que destacan, precisamente, por todo lo contrario.
Las ventanas al igual que las personas, pueden brillar en solitario, pero es en el equipo cuando manifiestan todo su esplendor o su miseria.
Existe una amplia variedad de estilos individuales, desde las más sencillas a las elaboradas.
Y naturalmente, podíamos ir analizando todos sus componentes. Los cristales que las visten, como la seda que embellece a las princesas orientales; las soñadoras celosías , las rejas protectoras; las contraventanas , férreos guardaespaldas de esas galas palaciegas, etc.
Como puedes comprobar, amigo Carlos, cualquier campo puede darnos pie para emprender una tipología enriquecedora , cosas tan sencillas como las chimeneas, las puertas o las ventanas encierran variados matices y con el tiempo, cuando has atrapado muchos ejemplares, es como disfrutar de una abultada cartera de clientes, puedes paladear su encanto y su diversidad.
Es una actividad muy gratificante. Te dejo con una pequeña galería y recibe , hasta la próxima, el afecto que siempre te manifiesto.
Un abrazo
Javier