¿Por qué es clave un seguimiento del embarazo más allá del control ginecológico?

  • Más de 3 de cada 5 españoles creen que la salud bucodental se ve afectada por el embarazo, según datos del Estudio Sanitas sobre Salud Bucodental 2023

El embarazo es una etapa de grandes transformaciones en el cuerpo de la mujer. Estos cambios, que permiten el desarrollo del feto y preparan al cuerpo para el parto y la lactancia, forman parte de un proceso natural. Sin embargo, este recorrido también tiene un impacto significativo en la salud general de la madre.

“Durante el embarazo se producen modificaciones hormonales, cardiovasculares, inmunológicas y metabólicas que forman parte del proceso fisiológico de la gestación. Estos cambios afectan de forma general al estado de salud de la madre, por lo que es fundamental un seguimiento médico que contemple todas las posibles implicaciones, más allá del control obstétrico habitual”, ha explicado Ana Mª Román, jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.  

Uno de los aspectos que a menudo pasa desapercibido durante el embarazo es el impacto que esta etapa tiene en la salud oral. De hecho, más de 3 de cada 5 españoles creen que se ve afectada por la gestación, según datos del Estudio Sanitas sobre Salud Bucodental 2023. Entre los principales problemas que suelen aparecer en este periodo se encuentran:

  • Gingivitis: afecta a muchas mujeres embarazadas, especialmente a partir del segundo trimestre. Se produce por el aumento de los niveles hormonales, como la progesterona, que incrementa el flujo sanguíneo en las encías y las vuelve más sensibles e inflamables, lo que provoca enrojecimiento, sangrado y molestias al cepillarse.
  • Periodontitis: si la gingivitis no se trata a tiempo, podría evolucionar hacia una infección más profunda que afecta al tejido y al hueso que sostienen los dientes. Durante el embarazo, la respuesta inflamatoria del organismo suele ser más intensa, lo que favorece su progresión.
  • Caries: durante el embarazo es común que cambien los hábitos alimenticios, con una mayor tendencia a consumir alimentos ricos en azúcares o a realizar comidas más frecuentes. A esto se suma que las náuseas o vómitos pueden dificultar el cepillado regular, especialmente en el primer trimestre.
  • Erosión del esmalte: los vómitos frecuentes, sobre todo en el primer trimestre, aumentan la exposición de los dientes a los ácidos gástricos, debilitando el esmalte.

“Durante el embarazo es especialmente importante realizar al menos una revisión odontológica, preferiblemente en el segundo trimestre, para detectar posibles problemas y actuar a tiempo. En este contexto, la prevención es clave”, ”, señala Michelle Pawly, Técnico Asistencial, Innovación y Calidad de Sanitas Dental.

Por otro lado, el embarazo también puede tener un impacto significativo en el bienestar psicológico de la mujer. “Los cambios hormonales, las expectativas ante la maternidad, el miedo al parto o las alteraciones en la rutina diaria generan niveles elevados de estrés, ansiedad o incluso síntomas depresivos. Aunque muchas de estas emociones forman parte del proceso, es importante identificar cuándo requieren atención profesional para garantizar el bienestar de la madre y del futuro bebé”, ha dicho Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de Blua de Sanitas.

Aunque es común que durante el embarazo se produzcan ciertos altibajos emocionales, en algunos casos aparecen señales que apuntan a un malestar psicológico más intenso de lo habitual. Detectarlas a tiempo es clave para intervenir de forma adecuada y cuidar la salud mental de la mujer. Algunos de los principales signos de alerta son:

  • Tristeza persistente: no es raro sentirse más sensible durante el embarazo, pero cuando el ánimo bajo se mantiene durante varios días o incluso semanas, y va acompañado de apatía, llanto frecuente o desmotivación, puede reflejar un estado emocional alterado.
  • Preocupación excesiva: el embarazo suele generar incertidumbres, pero si las preocupaciones se vuelven continuas, intensas y difíciles de controlar, o si se acompañan de síntomas físicos como tensión muscular, dificultad para relajarse, palpitaciones o sensación de ahogo, suelen indicar una sobrecarga emocional significativa.
  • Alteraciones del sueño: el insomnio o, por el contrario, dormir en exceso, son indicadores de un posible desequilibrio emocional, sobre todo si van acompañados de cansancio extremo, falta de motivación o pensamientos negativos.
  • Pérdida de interés durante el embarazo: si la futura madre deja de mostrar entusiasmo por la llegada del bebé o pierde el interés por actividades que antes disfrutaba, podría ser una señal de desconexión emocional o de desánimo que requiere atención.

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