(Mi amigo Javier, habitual cronista de sociedad y cultura de este blog, ya nos anunció que marchaba a Asia, a la ruta de la seda, de vacaciones. Me prometió que desde allí mandaría una crónica. Aquí está, tal como la ha mandado, desde un ordenador con caracteres cirílicos, sin acentos y sin eñes. Espero que cuando vuelva nos haga otra bien ilustrada con sus maravillosas fotos)
Querido Carlos: Lamento de veras no haber podido ponerme en contacto contigo antes, pero es que lo de internet es algo problematico. Lo primero es que tengo un teclado en cirilico que no le encuentro los acentos por ninguna parte y ademas tiene sus querencias. Le doy mi clave de acceso para el correo y me dice que no vale. Es la tercera intentona que hago y hoy, gracias a Dios me he podido conectar con mi correo. Ni lo intento con el dropbox.
Ya estamos en la parte final del viaje. Un viaje alucinante a la historia del Asia central. He visitado la tumba de Ismael Samani origen de los Samanidas que llegaron a invadir la India alla por el siglo IX, y he paseado a la sombra de la estatua de Tamerlan, fundador de la estirpe de los Timuridas en el XIII y XIV.
Las ciudades, que se fueron deteriorando con el paso de los siglos han sido restauradas en sus principales monumentos y hoy son sorprendentes.
Samarcanda te impresiona por lo gigantesco de sus construcciones, tres enormes madrasas de azulejo con unas portadas gigantescas
en un conjunto que te hce enmudecer aunque ya lo hayas visto en los libros o en Internet.
Pero a mi lo que mas me gusto fue la tumba de Tamerlan. Timur el cojo, descansa en un mausoleo regio con una cupula azul turquesa que desafia al espacio y al tiempo.
Bukhara, que en espanol (lo siento, este teclado solo tiene la ene) se debe llamar Bujara, es un conjunto monumental donde la esencia de oriente se va derramando por cada calleja. A la noche sus estrechas calles iluminadas se animan con el paseo de los compradores entre las tiendas que ofrecen sus afamados cuchillos,las marionetas de papel mache, y los innumerables panuelos y prendas de seda.
Las mujeres se van demorando en las calles pues su atencion queda atrapada en la marana de colores y tejidos.
El desierto de Kizilkum con sus arenas finisimas alberga ciudadelas en las montanas, que superan los cuatro mil anos.
El tiempo no ha sido demasiado exigente y nos ha permitido cruzarlo sin problemas. No pasamos de cuarenta grados.
Una averia en el hidraulico de la direccion del vehiculo nos hizo perder mucho tiempo, con tostadura adicional.
Ahora descansamos en Khiva una ciudad medieval donde las calles de adobe se tinen de amarillo con el sol del atardecer y las numerosas cupulas y minaretes se encargan de recordarte que estas de visita en el eterno Oriente.
Manana volamos otra vez a la capital Taskhent, una urbe de 4 millones de habitantes, con metro estilo Moscu, desde tras una excursion final a las montanas emprenderemos viaje de regreso.
Hasta que podamos abrazarnos nuevamente recibe el abrazo digital de tu amigo
Javier