
Salvo alguna excepción, llevo más de 25 años escuchando el concierto de 1º de año de la Filarmónica de Viena. Es todo un acontecimiento de organización y de perfección musical.
Por segundo año el Director invitado ha sido Georges Prêtre, de 85 años, que ha hecho un alarde de una pulcra dirección, precisa, entusiasta – se le notaba en la expresión de su cara – y controlando todos los detalles, los tempos, la enorme variedad de instrumentos simulando el canto de pájaros, murmullos de bosques…una auténtica delicia.