Quizás se me tilde de pesimista y nada más lejos de mi intención. Creo que un diagnóstico más preciso del punto de partida nos puede ayudar a corregir tendencias inicialmente negativas como las que observo en este comienzo de año.
El pasado 29 de enero se celebró la Jornada organizada por ICEA sobre “Perspectivas del seguro español” para 2009 y a mi modo de ver lo que se expuso, salvo alguna excepción, fue excesivamente optimista en cuanto a crecimiento se refiere y excesivamente “autista” sobre la influencia de los riesgos mundiales en el seguro español, expresados muy bien en el Informe Global Risks 2009. (ver comentario anterior).
El seguro de automóviles va a tener una reducción mayor que la estimada de 2008 (-1,8%) debido a la drástica reducción de las ventas de coches ( en enero casi el 50%) y a la presión a la baja de la prima media, consecuencia de una competencia feroz y una reducción de garantías.
El crecimiento de multirriesgos de hogar, parte importante de la recaudación, se va a ver ralentizado como consecuencia de la disminución de las ventas de pisos y la disminución del impacto de cláusulas de revalorización automática que muchos asegurados no van a aceptar porque sencillamente su economía no se lo permite.
Los seguros de vida han crecido últimamente gracias a los seguros hipotecarios y a las nuevas fórmulas de ahorro sistemático PPA y PIAS. La situación económica de las familias va a impactar muy negativamente en el crecimiento y se van a incrementar los rescates de los seguros de ahorro.
Finalmente, las inversiones financieras no van a ayudar mucho a los resultados si no los empeoran teniendo en cuenta la volatilidad que seguimos teniendo en los mercados. Los márgenes financieros pueden reducirse y unido a un empeoramiento del margen técnico de automóviles, los resultados pueden reducirse.
Es verdad que venimos de casi una década de márgenes excelentes.
Por todo ello, creo que 2009 va a ser un año donde los dirigentes de las Entidades van a tener que aplicar dosis de templanza, pulso firme, algo de imaginación y mucha cercanía a lo que pasa en el terreno de juego. Los estrategas de salón no van a poder soportar la presión del mercado.
Una vez más les va a tocar sufrir a los mediadores aunque quizás aprovechen para reaccionar e inicien el camino de la renovación para superar los retos que señalaba en mi artículo del 19 de enero sobre la crisis de la mediación (ver documento haciendo click).
En resumen, 2009, nos va a hacer retornar a un estilo de gestión más austero, más prudente, más profesional por parte de todos.
¡Se van a descubrir los buenos líderes mejor que nunca!